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El complaciente homónimo de The Crystal Method

El complaciente homónimo de The Crystal Method
El complaciente homónimo de The Crystal Method

Artista(s)

22/Ene/2014

The Crystal Method

The Crystal Method

Tiny e

2014

Los años noventa siguen presentes; se niegan a salir de las fiestas y pistas de baile gracias al regreso de The Crystal Method con un nuevo álbum homónimo plagado de beats y contundentes líneas de bajo.

Por si no lo saben, The Crystal Method se formó en Las Vegas, Nevada, en 1993, creando impacto con grandes álbumes y desarrollando música para cine, televisión y hasta videojuegos. Este nuevo disco conserva el sonido característico del dúo integrado por por Ken Jordan y Scott Kirkland, aunque se acerca un poco más a géneros como el dubstep y cuenta en las voces con Dia Frampton, LeAnn Rimes y Afrobeta.

El álbum abre con “Emulator”, tema que, con su rítmica en cuatro cuartos y bajo contrapunteado, se apuntala de sampleos vocales y arpegios escalados en tonalidad menor; una pieza ideal para la pista de baile. Le sigue “Over it” que es, al parecer de quien escribe estas líneas, una suerte de dubstep-happypop que si bien su nivel de producción es impecable, no logra sorprender debido a su estilo genérico; algo que ya hemos escuchado hasta el cansancio.

Sin embargo, encontramos temas interesantes como “Strom The Castle”, que nos remite al sonido mas clásico de la banda; y “Jupiter Shift”, que es una cátedra de como se hacen buenas líneas de sintetizadores con breakbeats. En la recta final del álbum, la electrónica ácida con acompañamiento R&B para “Grace” es cerrado con la interpretación soul de LeAnn Rimes.

Los últimos temas “Difference”, dubstep con glitches y vocales soul; y “After Hours”; con intención vocal kinky; cierran el álbum dejándonos con un sabor de boca a la era post rave.

En general, el disco está bien balanceado e impecablemente producido. Dedicado al fan nostálgico y para ser descubierto por una nueva generación de amantes de la electrónica. Quizá lo único de lo que se lamenta este humilde escucha es que, por momentos, resulta muy complaciente y poco arriesgado, ya que abusan de recursos de producción bastante conocidos y se niegan a salir de su zona de confort.

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Thee Silver Mt. Zion Memorial Orchestra: Himnos para lo que un día terminará

Thee Silver Mt. Zion Memorial Orchestra: Himnos para lo que un día terminará
Thee Silver Mt. Zion Memorial Orchestra: Himnos para lo que un día terminará

Artista(s)

21/Ene/2014

Thee Silver Mt. Zion Memorial Orchestra

Fuck Off Get Free We Pour Light On Everything

Constellation Records

2014

Para entender música como ésta debemos figurar que en efecto, como las noticias, profecías o leyendas locales lo dictan, el mundo está por terminar. Desde aquellos tiempos en que nuestros abuelos eran niños y escuchaban historias sobre el apocalipsis, sus interpretaciones han transmitido miedo, generación tras generación, a que todo termine; ya sea por desastres naturales, un fenómeno del espacio o el mismo ser humano devastando a sus símiles y enemigos.

Mientras el Polar Vortex azota el territorio que ha visto evolucionar la creatividad de Efrim Menuck, las nuevas canciones que ofrece con Thee Silver Mt. Zion Memorial Orchestra son un recordatorio de lo que nos ha mostrado esta alma atormentada.

Imagino a Thee Silver Mt Zion Memorial Orchestra como un culto cuyo líder pide que cada uno de sus integrantes, más allá de ser manipulado, se conozca bendecido por la creatividad y la exponga en cada uno de sus instrumentos musicales. “Fuck Off Get Free (For The Island Of Montreal)” es el rito de iniciación, la obertura de un frenesí de voces, cuerdas y frases paganas. Pasa el tiempo y la atmosfera de celebración cambia por un grito de guerra, el ritmo se torna pasivo-agresivo y todo oscurece en un instante.

Catorce minutos de “Austerity Blues” son alabanzas y pasajes instrumentales a los que nos tienen acostumbrados desde sus inicios como A Silver Mt Zion. La guitarra filosa de Efrim se enrosca como enredadera en el rasgueo del bajo y el vaivén de la batería, siendo una de las piezas más dinámicas y luminosas del catálogo de la banda. “Take Away These Early Grave Blues” es un ritmo tribal de esta comuna de sabios, en el que el supremo sacerdote repite sus mantras mientras las cuerdas manipuladas por Sophie Tudreau, a la par de las percusiones, emulan una cabalgata hacia horizontes destrozados.

“Little Ones Run” devuelve la calma. Es como una canción de cuna para hacer creer a los niños que todo está bien y nada malo pasará, aunque el entorno se derrumbe poco a poco. “What We Loved Was Not Enough” es una de esas largas elegías que nos enseñan que los sentimientos se extinguen, que el corazón a veces  falla cuando se entrega por completo y al final no importa; hay vida más allá del desastre y debemos conformarnos con seguir adelante sin extrañar lo que ya no está, sin tener que buscar esperanzas entre los escombros. “All our cities gonna burn…All our children gonna die” canta Efrim con brutal sentimiento en medio de coros que lamentan el futuro siniestro que tal vez nos depara.

“Rains Thru The Roof At The Grande Ballroom (For Capital Steez)” es un final abrupto para un disco que parece breve pero es contundente gracias a la ejecución desde el alma de las cuerdas, las voces, los solos de guitarra y los ambientes que punzan la psique del escucha. Que conmueven y nos hacen meditar ¿y si este es en verdad el final? Entonces, que este disco sea un esbozo de vida, que esta orquesta memorial siga entregando sus lamentos y que estos nos sirvan para encontrar inspiración.

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