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Edward Sharpe and the Magnetic Zeros
Edward Sharpe and the Magnetic Zeros
2013
Un músico adicto se rehabilitó y creó un nuevo personaje mesiánico para interpretarse él mismo. Fue así como Alex Ebert se transformó en su alter ego, Edward Sharpe, y este a su vez conoció a Jade Castrinos, con quien decide formar el colectivo musical de más de 11 personas que hoy conocemos como Edward Sharpe and The Magnetic Zeros.
Tras 6 años de su formación, la banda nos regala Edward Sharpe and The Magnetic Zeros, álbum que se dio a conocer el pasado 23 de Julio y podría resumirse como un intento por replicar el verano del amor en aquel San Francisco de los sesentas.
Durante 15 canciones, la banda nos invita a celebrar la vida, alejarnos de la ciudad, disfrutar la naturaleza y sobre todo, darle prioridad al amor. Y es que amor es una palabra constante en 8 de las 12 canciones que conforman el disco.
Si bien por instantes el álbum coquetea con lugares comunes, "life is sunny, life is cool", también tiene momentos de mayor reflexión hablando de temas complejos como la muerte "´ve been trying to pretend that death is my friend". Convirtiéndose así es una síntesis de lo bueno y lo malo en la vida, llegando a la conclusión de que lo importante es vivirla, después de todo, la vida es dura; "Life is Hard…celebrate it in the sun, All life is all we are".
De todo el material destaca "Better Days", un himno para recordarle a los caídos que mejores días están por llegar. Con sus coros que remiten a los cantos de una iglesia, la rola es una mezcla justa de desesperación y optimismo; sobresalen también "Country Calling", una invitación para subirnos al coche y alejarnos de la ciudad y "Lets Get High", una canción llena de humor, en la cual Sharpe hace gala de sus ya célebres falsettos.
El concepto visual del disco tampoco se aleja del espíritu nostálgico de su música, Sharpe diseñó una portada que parece hecha con tie-die, la cual se complementa con un collage, fotografías en blanco y negro o a color en medio de campos floreados y las letras de las canciones para todos aquellos que aún añoramos leerlas directamente del disco.
Edward Sharp and The Magnetic Zeros es un disco perfecto para el verano, con una esencia que lo antoja para escucharlo en la carretera camino a un festival de música o disfrutando el sol en traje de baño.