Favoritos
Haz click en la banderilla para guardar artículos en tus favoritos, ingresa con tu cuenta de Facebook o Twitter y accede a esta funcionalidad.
8
Warner Records / 2019
Thebe no es un rapero underground en el estricto sentido de la palabra, pues hace ya bastantes años que salió a los reflectores junto con, el que fuera su grupo, Odd Future. Es bien conocido en el mundo de la música y considerado uno de los mejores exponentes de rap en el mundo… ¿o no?
La realidad es que la carrera musical del rapero no puede encasillarse en conceptos como mainstream o undeground (¿acaso puede hacerlo algo en este casi 2020?), pero si hay que tomar partido de alguno de ambos bandos lo justo es decir que los raps de Thebe pertenecen más a la categoría de lo no mediático… aunque su persona irremediablemente se encuentre del otro lado de la línea. Siete tracks, 15 minutos y múltiples observaciones a sus sentimientos más profundos es lo que encontramos en Feet of Clay.
El delivery de Earl en este EP recuerda a un poco a lo que MF DOOM suena en cualquiera de sus trabajos: un flow suelto que se centra más en dejar escapar sus pensamientos con rimas acertadas, que mantienen una aura oscura y depresiva, y no en hacerlo sonar espectacular acentuando punchlines y marcando los patrones que, sin embargo, se notan de manera natural. La experimentación en los beats y su textura robusta es una muestra clara de la influencia del rap under de Nueva York.
El disco es un cúmulo de niebla que se sobrepone a cualquiera de los sonidos y versos. Jazz, sonidos grabados en algún callejón, R&B, samples en reversa… todo lo que suena debajo de la voz de Earl (a veces se siente como si la base y sus rimas estuviesen grabadas en la misma frecuencia y canal) es confuso y opresivo. No hay un momento en el que ese sentimiento de agobio se vaya, ni siquiera en los silencios que más que relajarnos desconciertan en cuanto se hacen presentes. Pero en realidad esa es la magia del álbum; te mantiene en el borde de la desesperación con lo caótico de las instrumentales, mientras el sosiego en la voz de Sweatshirt te transmite un poco de calma (pero llena de un sabor lúgubre). Tampoco hay una canción que sobresalga sobre la otra, al menos en mi particular opinión: lo mismo te engancha con “74” cuando inicia el tour, como te mantiene a la expectativa en el cambio de beat en “MTOMB”. El final, que podría sentirse lo más pobre de todo el álbum, cierra de una manera sutil y apenas perceptible con “TISK TISK / COOKIES” y “4N”… lo que hace que quieras escucharlo todo de nuevo.
Al final, la sensación que se desprende de escuchar Feet of Clay es la de haber caminado por un circo o una feria, pero una salida de un cuento de terror. La emoción y la curiosidad se confunden con ansiedad, asco y desorientación. Es una mezcla de sonidos y sentimientos tan distantes que parecen inconexos y que, sin embargo, funcionan juntos. Es un recorrido por sus miedos, recuerdos y anhelos más bizarros y ¿oscuros? No, no es su mejor disco, ni el más triste (para eso tenemos Some Rap Songs), pero es un material digno de escucharse y que nos recuerda que no todo se trata de producciones estilizadas, sonidos genéricos y flows que apantallan.