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Columbia / Tan Cressida / 2015
El mismo año que moría Kurt Cobain, Earl apenas nacía, a partir de este 2015 podrá apostar en Las Vegas pero ya tiene años y linaje suficientes para impactar nuevamente el panorama musical con I Don't Like Shit, I Don't Go Outside, otro lento pero largo salto cuántico al inconsciente de aquellos que prefieren el beat decadente antes que los remedos de R&B. Rimas para los que no creemos en la telenovela Kanye West y sus delirios mesiánicos, para los que extrañamos a los gangstas y nos aburren los empresarios; que Jay Z siga vendiendo pantalones y disfrute su vida en familia mientras el nuevo talento emerge de las coladeras de Los Ángeles donde las calles no son de oro.
“Huey”, ese primer beso al mango kush, ese sabor agradable que te pone a flotar, “Mantra” como un violento golpe de realidad: “cop, piff, inhale and cough”, desprende la piel vieja, resiste y sigue rimando. “Faucet” para perseguir al conejo y encontrarse con uno mismo, no hay coros repetitivos ni los mismos clichés y odas al dinero, Earl es incendiario e introspectivo.
“Grief” fue el primer esbozo ácido de este material que ha salido a la luz de forma extraña, como puede resultar a la primera escucha la obra de este miembro honorario del Odd Future Wolf Gang Kill Them All, colectivo que diera una cara obtusa y sombría al hip hop y la cual se aprecia en sus videos y piezas musicales.
“Off Top” como una corta elegía al difícil pasado en el barrio, “Grown Ups” son plegarias no escuchadas: “Asking God for favors, guess he isn’t home, probably ‘cause that fucking faith I didn’t show”. “AM // Radio” como suerte de rap battle con colaboración de Wiki de Ratking. “Inside” para perdernos de nueva cuenta en sus neuronas discordes, ritmos colocados, mínimos, para devanear y bajar el paso en el andar por este territorio siempre cambiante, y así de pronto “DNA” para azotarnos al suelo, una de las piezas más notables de este material más que ideal para una noche de THC. “Wool” es una alegra melodía para volver a nuestra realidad, y 420 palabras después es difícil seguir describiendo esta disco, mejor hay que experimentarlo.