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Invada Records / 2021
Cuando el cordero rompió el séptimo sello, todos en el cielo guardaron silencio durante media hora. Entonces vi que se le dio una trompeta a cada uno de los siete ángeles que estaban de pie delante de Dios. “Oblique” como la anunciación del trauma persistente, el que nos ha sesgado por meses, atrapado en nuestros lugares que deberían ser de paz y se convierten en territorio de batallas contra nosotros mismos.
“Prove It” como el eco de una vieja radio que trata de condensar una señal y en cuyo sonido encontramos cierta salvación, el trepidante andar de los 4 jinetes del Apocalipsis: las estructuras de poder coloniales, las dinámicas de influjo, las expectativas de la sociedad, y el hombre blanco blandiendo su espada, apuntando hacia los más débiles, los del color de la tierra y el carbón, los desterrados, los agujeros en la pared después de una invasión. Divide and Dissolve canaliza esta furia en los instrumentos al mero estilo del drone/doom, la algidez de un post-rock oscuro, el escarnio de la música siempre necesaria: la aceptación de experiencias de dolor sin expectativas.
“Did You Have Something To Do With It” musicaliza un poema de Minori Sanchiz-Fung, lo cierto es la vida, creciendo dentro de nosotros, ese respiro que a veces nos falta, el espíritu que a veces se debilita pero que tiene que resistir, estamos atados a un circuito que no excluye nada, una canción que los muertos pueden oír.
“Denial”, el poder del NO que a tantos ha excluido y vejado, la tierra, el agua, el espíritu que nos han arrebatado. En voz de sus autoras, “Nuestro canto busca ejercer una fuerza aún mayor al cuestionar el armamentismo de la memoria, olvidando o negando la existencia de una experiencia o acción”, Takiaya Reed y Sylvie Nehill emanan tanto poder que para algunos será difícil sobrellevarlo, pero para otros será la cura de una aflicción incomprensible. Una dantesca orquesta cuyo mando son dos mentes que se niegan a ser vencidas por la opresión a todos sus niveles. Guitarras que emanan el sonido de una turbina de avión, la batería que marca el ritmo dantesco y preciso, el ruido como alta forma de catarsis y renovación.
“Far From Ideal” y su frenético ritmo, el fuzz del bajo para dislocar el cuello, y de nuevo las ondas sonoras provocando un sismo interno, como esa energía que a veces falta con el yoga, esa ansiedad que no curan los cigarros. “El ferviente desprecio por la humanidad está lejos de ser ideal”, la inspiración que emana la furia auténtica se refleja en el sonido enfremizo que algunos no comprenden y que quienes lo aprecian, lo guardan en la mente por mucho tiempo.
“It’s Really Complicated”, procesos y sistemas, trámites y dificultades, el sistema opresor y sus técnicas para convertirnos en seres grises que pagan impuestos, guardan silencio y sufren pandemias. El oxígeno que falta, las medicinas que escasean, las noticias que nos abruman, las cifras que nos envenenan.
“Mental Gymnastics” para procesar cada sonido, Takiaya y Sylvie son posesionadas por los ecos sonoros de sus ancestros y reviven el ímpetu de lucha contra el ánimo opresor. Los cantos de la naturaleza y la manipulación de los instrumentos primitivos, el drone al servicio de la patria iracunda que busca su venganza, de los viejos sabios que se vieron vencidos ante las balas.
"We’re Really Worried About You”, en voz de sus creadoras: “un llamado a la transformación y la libertad. Estamos tejiendo nuestra lucha por la soberanía indígena, la liberación de negros e indígenas, el agua, la tierra y la devolución de la tierra indígena”. Gas Lit es el fluir de los sonidos de una tierra sagrada que demanda una absolución. Una obra magna de rabiosos riffs y paisajes sonoros que llaman a abrir los ojos y luchar contra lo que nos aqueja, procurar por lo que nos falta, y canalizar el ánimo de venganza por todo aquello que nos han arrebatado.