Paw Tracks / 2012
Hay discos que se van colando entre nuestras preferencias suavemente –casi sin hacer ruido-. No poseen ese estruendo de una novedad que nos abruma, pero cuando va pasando el tiempo te das cuenta de que no lo has borrado del iPod. Hay trabajos de un encanto discreto que van hallando el momento propicio para ser apreciados. Existe música que, poco a poco, te va conquistado.
Y es que este Do things (Paw Tracks, 2012) supone un cambió muy brusco, pues este músico dejó de lado el instrumento con el que se dio a conocer. A este nativo de Oxford, Mississippi, lo ubicamos por The Good Feeling Music Of Dent May & His Magnificent Ukulele, editado por Paw Tracks, la discográfica de Animal Collective, y en el que además de tocar las cuerdas de esta mini guitarra hawaiana se enfocaba en cantar a la usanza de los antiguos crooners. En la actualidad hay una estirpe de artistas que abrevan de allí: Jarvis Cocker, Richard Hawley, Mike Flowers, Jens Lekman y Jay Jay Johansson y algunos otros más.
Ha dejado el ukulele en el pasado y ahora se dedicó a un pop algo barroco y electrónico que no hace sino reconocer la inmensa influencia e importancia que tienen The Beach Boys en el panorama musical contemporáneo. Dent no cae en el low fi, pero sí recurre a una producción austera y a la autogestión; este hombre toca todos los instrumentos y aplica sus capacidades para rememorar también a figuras como Burt Bacharach, Van Dyke Parks o un Joe Crepúsculo que prescindiera del sentido del humor.
Sus candorosas melodías reposan sobre cajas de ritmo elementales pero efectivas (por allí andan efectitos electrónicos como decoración) y en las letras deja fluir sus puntos de vista acerca de la vida y el oficio del músico: “Cuando eras joven, ¿cómo soñabas que sería tu vida?, No esperes a que todo te llegue, tienes que levantarte y hacer lo que sabes”, afirma en “Rent Money”.
Es curioso y divertido que con influencias tan cursis como Electric Light Orchestra, Supertramp o Elton John consiga una vuelta de tuerca tan divertida y que suene actual, que también se reflejan en videos atascados de sentido del humor y en los que se burla de todo. Por ejemplo, “Don’t Wait Too Long” es su homenaje al soul setentero y a la música disco.
Para quien no entienda esta movida kitsch será difícil que asimile esta propuesta sobrecargada de merengue sonoro. ¿A quien más se le ocurriría cantar: “No quiero irme al sur de California. Yo no estoy hecho para Los Ángeles y Nueva York tampoco es mi estilo”; en “Home Groan” confirma su convencimiento total en el modo de vida campirano.
Do things es un desplante más de un artista al que le gustan los smokings azul cielo y lucir como cuando Hugh Hefner o Larry Flint eran jóvenes. Aunque si escuchamos con atención “Parents” sabremos porque lo ficharon los Animal Collective; comparte estructuras y formas similares, pero aquí son prístinas y no vienen envueltas en la maraña eléctrica y crepitante de los de Baltimore.
Denle la oportunidad a Dent May y verán como es que un cantante de abolengo y elegancia entra en sus vidas para tratar de llenarlas de alegría, lujo y oropel.
05/Oct/2012
TOY
TOY
2012
Mientras en Estados Unidos prestigiosas publicaciones como Pitchfork Media ni siquiera han reseñado el álbum debut de TOY, del otro lado del Atlántico revistas británicas como el NME (New Musical Express) o la misma BBC Radio, los aclaman como los representantes más importantes del reciente regreso del krautrock.
El álbum debut homónimo de esta banda londinense es un puñado de psycho rock, es una marea de sintetizadores hipnóticos, es un reencuentro con The Cure y Joy Division, es un flashback semi gótico derivado de una producción cargada de efectos cuidadosamente manejados. Es un disco con un sonido oscuro, muy del gusto de los británicos sin duda.
Apadrinados por The Horrors -de quienes fueron teloneros durante su tour por el Reino Unido en 2011-, Tom Dougall y compañía debutan con el pie derecho y se establecen firmemente dentro del gusto de una audiencia indie ansiosa de sonidos nuevos.
Los tracks destacables de esta placa son muchos. "Colours Running Out" y "Reasons Why" abren el disco ingeniosamente, ya que son rolitas melódicas y accesibles, salpicadas de shoegaze, lo suficientemente buenas para despertar el interés de cualquiera. También sobresale el sencillo "Lose My Way" con sus guitarras distorsionadas y teclados fantasiosos. Los efectos intoxicantes de la instrumental "Drifting Deeper" nos dejan con el ojo cuadrado para luego hipnotizarnos con la magnética "Motoring", que es el segundo sencillo y es la rola que más se apega al krautrock, por sonar mucho más mecánica y progresiva que el resto de los tracks. Para sacarnos de la hipnosis viene "My Heart Skips a Beat", una exquisita balada psicodélica que endulza sin empalagar. Pero la que se lleva las palmas, y por mucho, es la magistral "Dead and Gone". Es una perfecta progresión de acordes, ecos y sintetizadores, enmarcada por la grave y sombría voz de Dougall. Una vez que la escuchas, ya no hay vuelta atrás. Es una auténtica golosina sónica de principio a fin.
Recientemente la banda mencionó que promete sacar un álbum cada año. Si lo hacen con la misma singularidad que le inyectaron al primero, TOY será un juguete que no querremos soltar en mucho tiempo.
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