13/Dic/2013
Deicide
In The Minds Of Evil
Century Media
2013
Terminamos el que fue un buen año para el metal con el nuevo álbum de Deicide lanzado apenas el 26 de noviembre. Esta banda, como muchas del género, ha sufrido desencuentros y separaciones, pero la fuerza y brutalidad debe seguir fluyendo, es por eso que las heridas sanan y la creatividad persiste.
Tras la partida de los hermanos Hoffman y el desfilar de miembros de bandas como Iced Earth y Vital Remains, Deicide ha encontrado de nuevo una estructura ideal gracias a Jack Owen, miembro fundador de Cannibal Corpse; Kevin Quirion, quien hace su debut en el estudio con la banda después de mucho trabajo en directo; Steve Asheim, baterista fundador y semper fidelis del maligno supremo Glen Benton, una de las verdaderas majestades satánicas.
In the minds of Evil comienza con su canción homónima,como la mano del demonio que emerge del suelo después de su letargo. “Thou Begone” incita al wall of death, porque a esta banda se le tiene que ver en vivo alguna vez. “Godkill”, como si no hubiera suficiente blasfemia en este y todos los discos de Deicide, banda que no teme al poder de la censura o las buenas costumbres, letras que atacan al cristianismo y sus matanzas, a los sacerdotes y sus depravaciones, la música que una madre cristiana no quiere que escuchen los hijos que dios le mandó.
“Between the flesh and the void”, ritos de auto-mutilación figurativa, metáforas de fuerza y vida eterna, “Even the gods can bleed”, el final se acerca, música apocalíptica para tiempos difíciles que necesitan catarsis como esta: riffs impresionantes, solos bien elaborados, sin caer en la obviedad del picking y el pitch bend, cambios mecanizados de ritmo, un perfecto balance entre la brutalidad y la técnica, como debe ser el buen death metal.
Ninguna canción pasa de los 4 minutos, Deicide es directo y brutal; no necesita ambientes de fondo o largos solos de guitarra. Tal vez, para algunos que no están acostumbrados al género, puede parecer un disco repetitivo y mecánico, pero para los que aprecian el legado de bandas como esta podría ser considerado como uno de los mejores discos de metal del año.
Glen Benton alguna vez dijo que se suicidaría cuando cumpliera la edad de Cristo cuando fue crucificado, después se retractó diciendo que dicho acto es sólo para los cobardes y prefirió seguir entregando música siniestra como esta, porque, como dice la frase que da inicio a este disco, some men just want to watch the world burn.
Bella Unión / 2014
12/Dic/2013
Una guitarra acústica, algunos acompañamientos y su delicada voz, son lo único que Sumie Nagano necesita para transportarnos a un mundo minimalista y nostálgico en el que los temas principales son reflexiones dolorosas de la vida y el amor; o mejor dicho, el desamor.
Sumie Nagano es la hermana menor de Yukimi Nagano, mejor conocida por liderar el aclamado grupo sueco de electro-pop, Little Dragon y, a diferencia de su hermana, Sumie apostó por algo de folk acústico, llevándonos a los terrenos más sutiles y ambientales de la música. Una de las razones es en parte por la vida que lleva con sus dos hijos pequeños, y en la que, por obvias razones, no es capaz de hacer mucho ruido al escribir, practicar y grabar música.
Su álbum debut homónimo, lanzado a la venta el pasado 3 de diciembre, ofrece una soñadora colección de 10 canciones que muestran a Sumie tirando de las cuerdas de su guitarra y cantando en voz baja, lo que deja ver a la artista completamente transparente frente al público.
Sumie fue producido por Dustin O’Halloran, compositor de algunas piezas que forman parte de la banda sonora de la película Marie Antoinette de Sofía Coppola; fue grabado en el estudio del reconocido pianista Nils Frahm, quien ha colaborado con otros músicos como Anne Müller, Ólafur Arnalds o F.S. Blumm; mientras que la edición corrió a cargo del sello Bella Unión.
El álbum llama a la reflexión personal y posee una introspección a lo oscuro, un tanto como el estilo de Laura Marling. Sin embargo, lo que lo caracteriza es el rasgueo monótono de la guitarra, a menudo sirviendo de balanceo o puente entre dos notas, y la suave voz de la artista, en ocasiones “aureolada” por el débil resplandor de un coro fantasmal, como el que puede escucharse en su primer sencillo “Show Talked Windows”.
Lo que ofrece Sumie en este primer capitulo de su carrera musical, es una combinación de una paleta lírica fría y sombría con una cálida y luminosa. Es el tipo de cosas que nos hace imaginarnos acostados a las 3 de la mañana en una habitación oscura iluminada por la belleza innegable de la vela que quedó encendida en el escritorio. No es de extrañar que por eso es una de las actuales favoritas de Simon Raymonde, el fundador del sello del que actualmente forma parte.
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