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EarMusic / 2020
21/Ago/2020
Estamos muy acostumbrados a la nostalgia, a vivir celebrando aniversarios, lustros y décadas de cada álbum o pieza que representó algo en la historia musical. Hay bandas que solo viven del recuerdo, que viven de sus glorias pasadas y que a pesar de los años nunca supieron cómo hacer nuevos hits. Deep Purple no es así.
La banda pionera del heavy metal estrenó nuevo disco, 50 años después de publicar In Rock (1970) uno de sus más grandes discos. Y en lugar de conmemorarlo, optó por lanzar una nueva producción. Es su vigésimo primer álbum, contiene 13 canciones, son 51 minutos en total de hard rock y lleva por nombre Whoosh!
Es una de las bandas más longevas, sigue activa y creando música. Es una realidad que es muy difícil que repitan el éxito de canciones como “Smoke On The Water”, “Perfect Strangers”, “Highway Star”, “Black Night”, “Hush” o “Burn” pero sus discos más recientes son del gusto tanto de la crítica, como de sus fans. Han envejecido, pero su estilo no.
Fue producido por Bob Ezrin quien produjera The Wall de Pink Floyd, a Alice Cooper, Deftones, Jane's Addiction, Kansas, Kiss, Lou Reed, Nine Inch Nails, Peter Gabriel, entre otros. Él se ha encargado de las últimas tres entregas de Deep Purple, Now What?! 2013, Infinite (2017) y Whoosh! (2020).
El gran acierto de este disco es que no suena a viejo, suena a un contenido actual pero no deja de sonar a Deep Purple, su estilo y sonido está tan arraigado que desde el primer acorde de “Throw My Bones” sabemos a quién estamos escuchando.
Las alineaciones han cambiado tanto en esta agrupación que hasta están clasificadas, la más reciente y autora de este álbum es la Mk VIII conformada por Ian Gillan (voz), Roger Glover (bajo), Steve Morse (guitarra), Don Airey (teclados) e Ian Paice (batería, percusión).
Canciones como “Drop the Weapon”, “We're All the Same in the Dark”, “Nothing at All” y “No Need to Shout”, tienen la estructura y esencia clásica del hard rock en diferentes etapas con tintes de blues; el Hammond de Don Airey nos recuerda en cada acorde el estilo inconfundible de la banda y la guitarra de Morse acaricia tus oídos.
La voz de Ian sigue perfecta, se escucha tal y como la recordamos. Otro punto importante de Whoosh! Es que las canciones duran aproximadamente tres y cuatro minutos a excepción de una de cinco, es un disco que se va rápido y que pasa por diversos tenores, así que funciona si lo escuchas en orden o en aleatorio.
“Step by Step” es un tema que comienza con unos teclados atormentados y la melodía va por esos tenores, es algo oscura, pero intensa y con “What the What” la neblina se oculta para darle paso al rock and roll, al baile y al air guitar o air piano, según tus gustos. Pero al llegar “The Long Way Round”, te será imposible dejar de seguir el ritmo.
La imagen del disco es un astronauta, los videos también tienen cierta relación con el espacio y la naturaleza; en el tracklist aparece “The Power of the Moon” un tema misterioso, perfecto para escucharlo por la noche a la luz de la luna.
A continuación llega la canción más corta del álbum “Remission Possible” es instrumental y es un viaje, almacena toda la esencia de Deep Purple en 1:38. Que da pie a “Man Alive”, una de las canciones más pesadas que reitera la pertenencia de la banda al heavy metal.
Para cerrar el disco llegan “And the Address” que cambia el ánimo totalmente y termina con “Dancing in My Sleep” que tiene un inicio electrónico mostrando la actualidad que vive la banda.
Todo el disco engloba sus pensamientos actuales, en diversas entrevistas la primordial ha sido regresar a tocar en vivo. Todos ya superan los 70 años de edad pero el rock los mantiene jóvenes y creativos, Whoosh! es un disco bueno, quizá no es memorable como los primeros, pero tiene una esencia que te reitera en cada acorde que estás escuchando a una banda legendaria, pero con inquietudes nuevas.
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Joyful Noise Recordings & No Joy / 2020
20/Ago/2020
En medio de la situación que se atraviesa en el mundo no es una exageración decir que hace cinco años el mundo era distinto. Tal vez un poco menos tenso, pero por bueno o malo que sea, con el mundo también cambiamos nosotros. Para Jasamine White-Gluz, líder del proyecto No Joy, estos años han estado llenos de evolución personal y artística, la cual es reflejada con su nuevo disco Motherhood, el cual llega un lustro después de More Faithful.
Desde el título, el discurso principal de esta obra está abocado directamente a la maternidad. Pero no solo sobre el hecho en sí, también la madurez y la sensación de crecimiento que otorga esta etapa de la vida en una persona, refiriéndonos a la artista. No solo es reflejado este hecho en las letras, sino en la evolución personal que la cantante afronta en el aspecto sonoro de este nuevo disco. Esto porque en los últimos cinco años se ha desprendido de sus elementos tradicionales y tuvo aventuras grabando un EP con Sonic Boom en 2018, una gira en compañía de la banda de post hardcore, Quicksand y una serie de conciertos con Baths.
Toda esta combinación de estilos colisiona en Motherhood. Un disco donde la artista lleva su esencia shoegaze y de riffs de guitarra hasta un horizonte sonoro donde aparecen influencias de nu metal, trip hop y noise. Esto genera una producción llena de dinámica, la cual es unida por elementos discursivos bastante sólidos.
La obra comienza con "Birthmark", un tema lento y lleno de detalles sonoros, los cuales no te hacen perder el hilo entre distintas percusiones y sintetizadores, los cuales son complementados por bajos agresivos y la voz difusa de Jasamine. "Dream Rats" es el segundo movimiento, esta canción es, sin duda, la más agresiva de todo el disco y además cuenta con la colaboración de su hermana Alissa, a quién también conocemos por ser vocalista de Arch Enemy. Este tema coquetea con el hardcore, y de hecho es la primer colaboración entre las hermanas White-Gluz.
Para "Nothing Will Hurt" nos encontramos con una vertiente electrónica propuesta por No Joy. Sus tradicionales arreglos de guitarra se encuentran con un bajo funk y una batería dance. Un mensaje lleno de consciencia sobre la madurez, donde se acepta el paso del tiempo y también se aborda de forma melancólica el sentimiento de querer estar siempre para un hijo.
El trip hop se apodera de la pista de baile y hace mancuerna con el punk en "Four", una canción donde baja la intensidad y muestra otra nueva cara sin perder la linea creativa, esto gracias a sintetizadores místicos que suenan en las anteriores canciones y los bajos de Jorge Elbrecht.
En "Ageless" vuelven los ritmos electrónicos, los cuales son acompañados por una historia desgarradora que todos hemos pasado con las personas que nos ven crecer. Ese momento en que te das cuenta que nada volverá a ser lo mismo, que ya no eres tan chico y que ante la incertidumbre y la rabia lo mejor es seguir, tal vez es un impulsivo enojo que todos hemos tenido con nuestros padres. "Why Mothers Die" es la contraparte, cuando perdemos a ese ser tan querido e intentamos aceptarlo, aunque sabemos que tomará mucho tiempo para ver la luz de la misma manera y que hay un punto donde solo se está sobreviviendo dentro de una balada densa.
Motherhood tiene una conexión indirecta con el libro de Sheila Heti que lleva el mismo nombre. La aventura de la maternidad es plasmada desde antes de gestar en ambas obras, y la decisión sobre el tener hijos se menciona de forma muy delicada y valiente. La segunda mitad de este álbum comienza con la pregunta "¿Somos madres o somos hijas?" sobre un poético tema llamado "Happy Bleeding", que habla sobe los vicios de actitud que no permiten madurar a tiempo para tomar decisiones importantes.
"Signal Lights" es un tema lleno de movimientos donde No Joy vuelve a sus raíces. La pauta es marcada por una serie de cambios de ritmo que generan una atmósfera muy interesante. La sensación de extrañar y ser extrañado al momento de partir aparece de forma melancólica en "Fish". El mundo se acaba y la incertidumbre de saber si serás extrañado es relatada de forma intensa, tal vez como un pasaje incómodo, pero que ocurre sin duda.
"Primal Curse" contiene citas de una carta que la madre de No Joy escribió a sus hijos mucho antes de que nacieran. El potente mensaje de esta obra invita a sus futuras hijas a ser dueñas de su feminidad, así como algunas lecciones sobre el amor en las relaciones amorosas. "Kidder" es el cierre de Motherhood, este hace hincapié sobre lo rápido que pasa el tiempo, así como las experiencias que una madre adquiere sin darse cuenta. Es un agradecimiento por la familia que le ama, pero también la duda sobre el poder seguir haciendo lo que amas ante las responsabilidades que llegan día a día.
No Joy ha creado una evolución sonora emocionante. Motherhood se desprende de cualquier etiqueta y crea un hilo más sólido hecho gracias a una serie de mensajes contundentes y llenos de reflexión. Puedes adquirirlo dando clic aquí.
Siempre que la gente esté abierta e interesada en la música, pueden escuchar diferentes cosas".
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