10
RCA / 2016
09/Ene/2016
Llegué a David Bowie demasiado tarde, pero eso es mejor que nunca haberlo conocido. La rotación constante del video de “Little Wonder” me hizo indagar en Yahoo, antes que Google fuera el gran oráculo, y al escuchar su obra anterior, caí en cuenta de que ya estaba en mi inconsciente. Después llegó The Next Day, “Where Are We Now?” era la receta perfecta que describía el malestar por un amor medianamente correspondido. Puedes terminar alejado de ciertas personas, pero agradeces que la música se quedará contigo.
“Blackstar”, el aliciente perfecto para el redescubrimiento, una larga e intrincada letanía que hace resaltar al ensamble instrumental que complementa a El Duque en esta campaña por la conquista de nuestro aprecio, devaneos electrónicos, el sax del jazz que muta en lo experimental, los coqueteos orquestales y la voz celestial y cáustica, cual opereta que nos encamina del drama al allegro. “‘Tis a Pity She Was a Whore”, las memorias percusivas de la era Earthling, y de nuevo la voz con coros que nos recuerdan a las viejas voces que curtieron al genio, esas que en el vinilo fundaban su misterio, y de nuevo la orquesta difusa de metales y ambientes que seguramente despertaron viejos espíritus durante la mezcla en Electric Lady Studios.
“Lazarus” cual elegía magna, y el respectivo video que nos quiere decir tantas cosas: el desligarnos de lo que nos aqueja, el decir adiós para crecer, el mitigar el odio y liberar la saña. “Look up here, I'm in heaven. I've got scars that can't be seen. I've got drama, can't be stolen. Everybody knows me now”, los reyes que perecen, las respuestas que no llegan, el pájaro azul que enjaulado añora la libertad, tal vez como aquel que guardaba Charles Bukowski en su corazón.
“Sue (Or In a Season of Crime)”, ese rock ácido y perfectamente ejecutado, las palabras que casi parecen poesía improvisada sobre el jamming insistente, como Jack Kerouac jugando sobre los tonos de Charlie Parker, “Girl Loves Me” y Starman sorprende con su tónica vocal entre las percusiones, el regalo perfecto de cumpleaños para Bowie mismo y para nosotros, una obra más de alta apreciación.
“Dollar Days” y la mística imperdible, Ziggy Stardust y su necedad de estar siempre vigente, experimentando, aleteando entre las flores de plástico de la música actual y buscando aquellas reales donde ha dejado polen, “I Can’t Give Everything Away”, solo siete tracks y 42 minutos de duración bastan para comprender la grandeza y sus caminos, de Brixton a Soho, de Elvis a Coltrane, de The Velvet Underground a Velvet Goldmine, de la nada a todo lo que nos hace amar la obra de uno de los artistas fundamentales de la historia de la música.
Blackstar es un hado que protege el legado de Major Tom, aquel que en los controles de la nave de su inventiva se estrelló directamente en nuestras mentes y corazones, la fama eterna del héroe que siempre quiso serlo, el gran rebelde cuya odisea espacial lo mantendrá en el infinito mientras nos sigamos preguntando si habrá vida en marte.
8
Inner Ear / 2016
08/Ene/2016
Un beat punzante y robótico se apodera de nuestros oídos, anticipando los abrasadores bajos y la rasposa pero incítate voz de Eleni Tzavara, que parece ser capaz de doblegar a cualquiera. “Sunlight”, primera canción del disco, mantiene el sonido oscuro de la nueva formación de Mechanimal, quienes se alejaron del caos de la ciudad para crear su tercer álbum, Delta Pi Delta.
La inspiración muchas veces se encuentra en el miedo que vive en nuestro inconsciente y que llega a aparecer en el momento menos pensado, obligándonos a dejarlo atrás. Conociendo esto, Mechanimal decidió jugar con los claroscuros acordes de guitarras y los sonidos más misteriosos de los sintetizadores, añadiendo melodías pop y voces agudas tanto en “Repetition” como en “Thistlemilk”.
Manteniendo la experimentación sonora, las dos piezas instrumentales de los griegos, “Sawdust” y “Ferrum” están llenas de atmósferas electrónicas, pero predominando los sonidos mecánicos y semejantes a los videojuegos en la primera, y los sonidos sampleados en la segunda.
“With stars as guide into this third chant, We trip the night using a sextan”... a pesar de no tener una gran composición, los golpes de cuatro por cuatro de la batería electrónica acentúan la gruesa voz de Tzavara, quién se encarga de matizar “Sextant” sin lograr un ambiente hipnótico.
Sin duda, añadir la voz de Eleni Tzavara representa un gran cambio y al mismo tiempo una oportunidad para el crecimiento de la banda griega, que se muestra más acompasada con los tonos pop, dejando un poco de lado su parte más dura y el jugueteo de las máquinas.
Haz click en la banderilla para guardar artículos en tus favoritos, ingresa con tu cuenta de Facebook o Twitter y accede a esta funcionalidad.
Avisos