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Creme Deluxe Records / 2018
Nuestro corazón late en promedio de 70 a 100 veces por minuto, pero, ¿Qué pasa cuando nuestro cuerpo desarrolla alguna actividad física, por ejemplo bailar? Nuestra frecuencia cardiaca aumenta a 200 pulsaciones por minuto aproximadamente cuando movemos el cuerpo al ritmo de alguna canción que nos gusta. ¿Te has puesto a contar tus latidos cuando escuchas un disco que te emociona los sentidos? Probablemente lo puedas intentar con uno en especial, y lo mejor de todo es que está recién salido del horno.
Las siempre innovadoras mentes que están detrás de Dapuntobeat han terminado su cónclave que se postergó cinco años, y por fin han expulsado a través de la chimenea el humo blanco en señal de retorno, esta vez para sacar a la luz el remedio mágico a una potencial crisis de sedentarismo, que con sus viscerales bondades implementadas en el beat prometen brindarte una experiencia tan excitante como viajar por el híper espacio en el mismísimo halcón milenario. Y todo esto por una módica dosis de Digital Pills… ¡Activemos el híper propulsor!
Un trepidante inicio a la travesía cósmica que consta de ocho tracks se marca a partir de la belleza que proyecta “Puertas Automáticas” con esos arreglos de violines que fácilmente evocan a la vieja escuela del disco y el funk. Un mejor inicio… ni mandado a hacer.
Para este momento parece que la forma que tiene el nuevo trabajo de los capitalinos está muy influenciado por el french touch, siendo “1979” un ejemplo de ello. En colaboración con iLL Faded, la canción es un goce para el oído que a través de adictivos sintetizadores también generan remembranza, pero esta vez por los dance floors parisinos de antaño, cuando la fiesta duraba días.
Algo más apegado a lo que históricamente nos tienen acostumbrados Dapuntobeat lo encontramos en “Boom Beats”, un pasaje con el sello de la casa que se complementa con la participación de Ammoye, siendo este factor otro punto a favor de esta nueva producción, donde las colaboraciones fueron bien elegidas y embellecen el material sin quitar protagonismo.
Para enriquecer más las emociones generadas hasta el momento topamos con pared con la poderosa y sorprendente “High Definition”, la sutil declaración acerca de nuestra existencia sincronizada con más sintetizadores sublimes. Creíamos que éramos simple materia orgánica… pues no, no somos más que un pixel intentando brillar en la pantalla. Rolón.
Había que bajar un poco la frecuencia cardiaca después de tanto beat… ¿O no? Probablemente esa sea la función de “Undo” que si bien es la rola más lenta del disco, no la hace menos bella. Un pequeño descanso para recargar fuerzas y terminar el itinerario espacial de manera digna.
“Program Change” va comenzando a cerrar el telón, pero de una forma enérgica, haciendo que el regreso a la pista sea inevitable. No por nada es el track más largo del álbum. Mientras tanto “Tequesquitechno” y su sencilla pero efectiva formula crean la atmósfera perfecta para aplicar la ya clásica “La última y nos vamos”. El cierre de Digital Pills resulta ser la consolidación de un disco ampliamente bueno, divertido e interesante, el efectivo remedio para todo mal de aburrimiento.
El gran trabajo logrado por J.M, Ian, Ry, Oliver y Jacques en conjunto con el británico Phil Vinall en la producción, lograron un producto 100% bailable, acorde a las necesidades y propuesta del proyecto, breve pero conciso, consciente de que el tiempo pedía el regreso de uno de los mejores grupos de electrónica nacional en la actualidad.
Salimos de la velocidad luz y llegamos a casa después de esta odisea de ochos piezas magistrales que rompen la pista de baile y embellecen la escucha… Quizás ahora intentes sentir los latidos de tu corazón más a menudo, puede que te digan más de lo que te puedes imaginar. La moneda está en el aire. Solicitando permiso para aterrizar.