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AWAL / 2022
Los álbumes conceptuales han sido un recurso que muchos artistas usan en pro de unir la temática de sus canciones y darnos una historia completa. Es el caso de Sarah Bonito, quien después de ser parte de Kero Kero Bonito, ahora saca su proyecto solista como Cryalot y nos comparte su primer EP, Icarus.
A través de cinco canciones, Cryalot, retoma el concepto de Icarus, personaje de la mitología griega conocido por haber perdido sus alas en un intento de volar más alto de lo que debía. Es interesante como ella elige este personaje para presentar su primer proyecto solista, sin embargo cuando comenzamos a escuchar lo que tiene que decir, todo cobra sentido.
“Touch The Sun” es la primera canción y como punto de partida, hace un gran trabajo. A través de esta melodía, que explora más el electro pop o el art pop, siguiendo un poco la línea de donde venía con su anterior agrupación, Cryalot nos introduce al sueño de Sarah y la ambición que existe dentro de ella.
Es un tema animado que juega con sintetizadores y cambios de ritmo para darnos una sensación de tomar vuelo y elevarse. “no vuelves tan cerca del sol, me dijeron” “es ahora o nunca” “déjame tocar el sol mientras tengo todo para hacerlo” son algunas de las líneas de la canción que nos provocan a tomar el riesgo y hacer oidos sordos a quienes alguna vez nos dijeron que no podíamos, es plantarse y decir: "¿que pasa sí creo que puedo hacerlo?"
Acaso limitarnos a volar por miedo a caer ¿no es lo mismo que no vivir por miedo a morir? Si podemos tocar el sol aunque sea por momento ¿no habrá valido la pena el riesgo?
Quizá en este momento parece que va a ser oro disco juvenil de electro inspirador, pero no es así. “Hurt Me” llega para decirnos “te lo dije”, las preguntas anteriores que surgen tras el primer tema, se comienzan a responder a partir de este punto. Y es que esta segunda canción es la caída, el momento de realización donde se entiende que quizá los límites no eran una restricción sino una advertencia, una protección, porque el sol que a distancia parece tan brillante, es demasiado caliente y quema, al punto de destruir y volverlo todo cenizas.
Es obvio que Icarus es un pasaje a las emociones y sentimientos más vulnerables de Sarah y entre más profundo, más oscuro. Esta obra, es un contraste total con sus producciones anteriores. “Hell is Here” marca ese contraste, ese punto de quiebre, y se entiende desde el cambio de sonido y estética, con una influencia más de black metal, menos sintetizadores más guitarras, riffs distorsionados, bajos prominentes y un ritmo más lento y poderoso.
Esta tercera canción nos muestra la desesperanza de quien siente que lo ha perdido todo, es el ahogamiento, el sufrimiento de estar bajo la superficie y no hallar camino de vuelta, patalear pero no conseguir nada. “Nada es lo mismo” “El infierno está aquí, está aquí para quedarse”. Esta es la canción más corta pero la más intensa al mismo tiempo, creando una gran analogía sobre el dolor.
Siguiendo la historia de Ícaro que hasta ahora nos ha contado Cryalot, “Labyrinth” es el puente del álbum, el la transición no sólo musical sino líricamente hablando, es el duelo, la parte que lucha por mantenerse y la que se cuestiona si vale la pena seguir soñando, seguir intentándolo. El sentimiento se acompaña con un beat en loop que mantienen la sensación de estar atrapado, yendo en círculos, guitarras distorsionadas que de pronto dan un impulso a la melodía pero se quedan en eso, pequeños estímulos, lo que hace que la composición y la letra tengan sentido.
Por último nos presenta “See you again” con la que empieza recitando en japonés, curioso ya que hasta el momento no habíamos apreciado esta parte de ella. El piano suave que acompaña detrás, marca un relajado, melancólico casi ensoñador que te mantiene expectante. La melodía no es completamente limpia, sigue habiendo ruido de fondo, distorsiones, seguimos en el ambiente turbio de su mente, hasta que todo se reinicia y nuevamente estamos al inicio de la pieza, el piano vuelve a ser una constante, su voz vuelve a suavizarse, la potencia crece, sigue creciendo y lo logra. Como todo cuento, historia y fábula tiene su equivalente al y “colorín colorado” con la frase “goodbye, do you see you again?” que juega con la idea de estar dirigido a ella misma o al escucha.