Un disco de dientes y guitarras afiladas, seducción a lo pop noise y una pizca de salsa-punk
Un disco de dientes y guitarras afiladas, seducción a lo pop noise y una pizca de salsa-punk

Boys es como llamaron a  la quinta producción de estos cocodrilos salidos de las profundidades de los pantanos de San Diego, California. En ella se pueden escuchar algunos elementos que bien pudieron ser tomados de otros géneros musicales bajo la influencia de la Ciudad de México, lugar en donde fue grabada esta producción, como en el excelente  primer sencillo “Crybaby Demon”, con una sección rítmica un tanto latina y un riff que pudo ser soundtrack de algún filme de culto de Blue Demon y el Santo, coros pegajosos y guitarras de arreglos setenteros.

Lo que predomina en este disco es el shoegaze y el garage como en “Fooling Around” y  “Hard” llenos de fuzz y bajeos y coros pop, dos de los mejores tracks de este Boys que son también los favoritos de Brandon Welchez (vocalista y guitarrista de la banda) como él mismo nos lo contó en una charla reciente que sostuvimos. En el track “Blue” bajan el beat con una sección rítmica minimalista, de guitarras lentas y de riff hipnótico y repetitivo que te hace entrar en una especie de trance seductor que también se puede encontrar en tracks como “The Boy Is A Tramp” o “Don t Look Up” pero sin tanta efectividad.

La mano del productor de Boys, Martin Thulin -músico multifacético mexicano reconocido por su tiempo con los Fancy Free , su disco como solista y su trabajo musicalizando películas- se puede escuchar en casi todos los tracks pero en “Kool TV” es en donde está su marca más evidente con una especie de psicodelia con percusiones y ritmos latinos y un toque de guitarras noise.  “Peroxide Heart”  es noise pop y garage a lo noventa, igual que “Transilvania”, el penúltimo track que con su melodía podría pasar como alguna canción de Teenage Fanclub  con ese toque de dream pop garage muy bien ejecutado, aderezado con algunos pasajes de experimentación, utilizando saxofón y delays , un buen disco redondo de principio a fin, un excelente trabajo por parte de Martin Thulin y los propios Crocodiles en donde sin salirse de su estilo experimentan con algunos otros elementos que no se encontraban en sus discos anteriores.