10
Warp Records / 2017
11/May/2017
Para cualquier desarrollador musical, lograr trascender dentro de un sello como Warp requiere fortaleza intelectual y creativa. Actos como Boards of Canada, Aphex Twin, Autechre o LFO crearon mucho de lo que hoy en día se busca conceptualmente en la disquera. Desde 2001, con su álbum debut Clarence Park, Chris Clark demostró tener la peculiaridad experimental necesaria para Warp.
Su talento se manifiesta en techno consistente; así queda demostrado en sus recientes entregas: Last Panthers (2015) es un ensayo ambient orientado al soundtrack (representación máxima del IDM-meets -techno); y Clark (2014), es un disco que, hasta la fecha, se mantiene como la mejor composición del productor inglés.
Mientras el sello Warp siga vivo, sus artistas continuarán estudiando bajo ese eje creativo. Así es como Clark expande sus límites en su novena producción, Death Peak. La atmósfera tecnológica que acoge al álbum es la espina dorsal de los nueve tracks. Es materializada en forma de techno como estructura de las canciones. En contraste con entregas pasadas, aquí se encuentran melodías dentro de la revolución maquinaría, voces que relacionan al humano con el cyborg. Toda una innovación dentro del repertorio instrumental de Clark.
Cada canción estimula un trance específico en el escucha. "Peak Magnetic", primer sencillo del álbum, podría ser el soundtrack específico para las escenas de motos en Akira (1988); las luces cambian a cada instante en una noche enérgica. "Slap Drones" es característica por su violencia contenida, parece escapar acercándose al final del track. "Butterfly Prowler" y "Living Fantasy" resaltan como los temas con más peso; por su provocación al éxtasis y por la desconexión, respectivamente.
Justificar la evolución de Clark sólo por su trayectoria sería limitar los contextos que inspiran y repercuten totalmente en la producción artística. El otro 50% de la valoración de este proyecto se posiciona en la incansable necesidad por la innovación en la producción de Warp. Chris Clark, como pilar del sello, es paralelo a la vanguardia que llevará a la actual era musical a perdurar y ser reutilizada.
9
Robot High School / 2017
10/May/2017
Desde 1999, la irreverencia y la experimentación han caracterizado el sonido de The Octopus Project. Su nuevo álbum Memory Mirror, marca el regreso de los de Austin a los escenarios desde 2013.
Se habla mucho sobre la pérdida de la esencia rock en esta década; pero, el progreso ha permitido que a este género se agreguen instrumentos electrónicos y alteraciones vocales. The Octopus Project es una de esas bandas que no le tiene miedo a la innovación. Sus miembros conocen de lo que son capaces al tener un instrumento en sus manos. Llega a los oídos que deben de llegar.
Memory Mirror es su sexto álbum y, desde el primer minuto puede notarse la experiencia conquistada tras su incursión en el mundo del cine y los videojuegos. “Prism Riot” es una descarga de energía, en 1:10 minutos, la batería estalla en cada golpe y las melodías se fusionan con sonidos psicodélicos. La memoria, en manos de estos músicos, puede sentirse; los acordes de guitarra recuerdan a sus primeras canciones con mezclas de todos sus gustos.
”Remember Remembering” se muestra como una pieza más electrónica, con porciones de felicidad que provocan el baile. “Understanding Fruit” destaca mucho los riffs de guitarra.
Los detalles en las canciones se pueden escuchar fácilmente; el uso del theremín en sus composiciones es uno de mis sonidos favoritos.
La portada de este álbum es un collage de ideas que van desde lo atmosférico, hasta los sonidos suaves y algunos otros llenos de distorsión. Los cuatro miembros de The Octopus Project gustan de cambiar los instrumentos musicales que tocan a placer. Las canciones se cubren de un matiz que proyecta energía y vitalidad.
Una descarga electrónica llega con “Small Hundred”, sus detalles disco y su ritmo que acelera a cada segundo la llevan directo a la pista de baile. La voz procesada incita a un viaje sonoro al más puro estilo trance.
Con 17 años sobre el escenario, la renovación musical de The Octopus Project es perceptible y alegra al oído. Con su sexto disco de estudio su calidad es contundente, cada miembro domina su instrumento. Son 13 canciones que no siguen un género de manera lineal. Sus temas deambulan por el aire, crean sueños y espasmos dentro del cuerpo.
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