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Chimera Records / 2014
Fue en el 2011, con una presentación en vivo después de casi 15 años de ausencia, que surgió la esperanza un nuevo álbum de este dúo oriental. Tiempo después anunciaron en sus redes sociales que 2012 era el año, pero no sucedió absolutamente nada, hasta que hace unos días por fin llegó Hotel Valentine. Al final de cuentas, era lógico que se tomaran su tiempo para no crear un nuevo material a la ligera; Cibo Matto es una banda que tiene una construcción melódica compleja, algo que en los 90 llamaban shibuya-kei.
La hermosa y "rebuscada" producción que caracteriza el trabajo de su dos álbumes anteriores –Viva! La Woman, de 1996 y Stereo ★ Type A, de 1999–, regresa entera en cada uno de los diez tracks de esta entrega. Desde que dejaron a la escucha pública el primer sencillo de su regreso, "MFN", supimos que por nada del mundo modificarían la línea juguetona y experimental que el mismo nombre de la banda –“comida loca” en italiano– define en su estilo atemporal.
La entrada triunfal del primer tema, “Check In”, llega con las características armonías vocales de Miho Hatori y Yuka Honda sumadas al sólido beat de la batería y el juego de cajas de ritmo que van fluyendo, tal y como sucede en gran parte de los 38 minutos que dura el disco. En el segundo track, “Déjà Vu”, hay una ligera inclusión de trompetas que recuerdan lo que antes sonaba en nuestro discman al poner “Stone” o “Spoon” del Stereo Type A, uno no deja de tararear lo que estas japonesas cantan con ese acento extranjero.
“10th Floor Ghost Girl”, por otro lado, adquiere un ritmo más interesante para la pista de baile, con bajos funkeros y figuras en la lira que lo decoran muy bien. La base nos recuerda a lo que !!! ya tiene muy bien amarrado, sin embargo, la producción sube y baja de ritmo de forma golpeada, tal como la historia que nos cuenta la rola. Los sintetizadores son ricos para sorpresivamente después desprender un toque de acid jazz. Quizás resultado de lo que Sean Lennon aportó a la banda hace algunos años.
El primer adelanto liberado al público, “MFN”, es el más indicado para convencernos de que el discurso de Cibo Matto no se ha perdido, pues muestra la magia y el punch que “Sci-Fi Wasabi” o “Birthday Cake” cuativó a aquella generación. El juego entre sonidos de objetos raros y hechos con la boca, el rapeo de Miho y la caja de ritmo crean un hip-hop ingenuo que concluye con un fragmento muy dulce.
Una característica peculiar que llamó mi atención fue la indicada aplicación de percusiones en la producción total del álbum, destacando “Hotel Valentine” gracias a la participación del baterista de Wilco, Glenn Kotchey; y el percusionista Mauro Refosco de Atoms for Peace. Reggie Watts, Yuko Araki, Nels Cline, Jared Samuel, Doug Wieselman, Michael Leonhart y Aaron Johnson son otros nombres de musicazos que aparecen en la lista de los participantes de este material.
“Check Out” es el final perfecto, una balada de ensueño con una carga de nostalgia que sólo este dúo nos puede dar. Definitivamente, este regreso no ha decepcionado. Existen dos o tres tracks que dan el bajón y hacen que Hotel Valentine no se coloque como el mejor disco de su carrera; sin embargo, Cibo Matto se lleva las palmas por mantener la genialidad y esencia de todos estos años.