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Glassnote / 2021
06/Sep/2021
Para su cuarto álbum de estudio, el trío escocés de synth pop Chvrches se inspiró en los sanguinarios y oscuros largometrajes de pasado y presente para entregarnos su trabajo temática y sónicamente más oscuro y consistente a la fecha. Screen Violence es una oda al terror a la vez que se mantiene fiel a los sintetizadores brillantes y ritmos bombásticos que dieron un nuevo aire al synth pop en 2013 con su álbum debut, el cual les ganó un amplio número de seguidores -los cuales continúan aumentando a pesar de la confusa pronunciación de su nombre-.
El disco anterior del grupo recibió críticas mixtas, sobre todo por la ruta más mainstream tomada por la banda. La mano del productor Greg Kurstin fue más que notable y, a pesar de que esto no descarriló a Chvrches, -incluso compusieron el tema “Death Stranding” para el videojuego del mismo nombre y tuvieron varios hits y colaboraciones significativas en ese lapso- sí puso en duda la futura dirección del grupo.
En esta ocasión, como su vocalista Lauren Mayberry nos contó el año pasado en medio de la pandemia, sus integrantes se encargaron de producir y escribir las canciones de este nuevo disco por ellos mismos y sin intervención de productores de renombre que puedan potencialmente inflar su reputación dentro del mundo del pop. El resultado es lo más reminiscente a su sonido original en mucho tiempo y, a la vez, algo completamente nuevo para la banda.
Las restricciones derivadas de la pandemia causaron que Lauren y sus compañeros de banda, Iain Cook y Martin Doherty tuvieran que trabajar en su siguiente disco a la distancia y comunicándose a través del internet para compartir ideas. El aislamiento generó las condiciones propicias para un álbum más “casero” como su debut, la destreza y experiencia en producción de Cook y Doherty ayudaron a crear una colección de canciones que se sienten masivas e impecables a pesar de haber prescindido de Kurstin o de algún otro creador de hits.
Más que nunca antes, Chvrches nos entregó un álbum que se siente más conceptual y con un hilo conductor. Las letras personales sobre relaciones y corazones rotos que han caracterizado muchas de sus canciones siguen ahí, solo hay que escuchar “He Said She Said”, el primer sencillo del álbum, para encontrar letras sobre desamor, angustia, relaciones turbulentas y varios hábitos musicales de la agrupación escocesa.
La diferencia radica en las metáforas e imágenes sobre horror y brutalidad que ilustran los sentimientos de ira, miedo y vulnerabilidad plasmados en las letras, además de una que otra referencia fílmica entre canciones, por ejemplo, Poltergeist en “California”. Aquella pantalla a la que hace alusión el título del disco representa la inspiración macabra de las canciones, pero también se siente apropiada dada la interacción que tuvieron Lauren, Iain y Martin para su concepción a través de plataformas como Zoom.
Cuando escuchamos los pasajes sonoros de temas como “Nightmares” o “Final Girl” vienen a la mente las bandas sonoras de John Carpenter para películas sobre asesinos seriales. Por si la portada del disco y la promoción que lo rodeó no hicieron evidente esta influencia, el mismo Carpenter realizó un remix del tema “Good Girls”, el cual es incluso superior a la versión del sencillo.
“Asking For a Friend” arranca a manera de pendiente de una montaña rusa que vislumbra un explosivo clímax que, efectivamente, llega para hacer brincar a las masas en concierto. Así como “Clearest Blue” de su segundo disco es esa canción de Chvrches del gran crescendo, esta emotiva canción es digna rival y una impactante introducción que deja al escucha esperando algo enorme desde el inicio.
Las guitarras que se ausentaron en su álbum anterior, Love Is Dead, tienen un regreso y participación prominente en Screen Violence. “California” nos recuerda los momentos triunfales de su debut con toques shoegaze, “How Not To Drown” y “Final Girl” tienen esa tan identificable guitarra ahogada en reverberación y efecto chorus de The Cure y en “Good Girls” encontramos la rara instancia de un solo de guitarra en una canción de Chvrches.
“How Not To Drown” merece mención aparte, a pesar de que en el pasado los escoceses han hecho mancuerna con artistas como Hayley Williams, Matt Berninger y Marshmello, definitivamente su colaboración más grande y perfectamente ad hoc al concepto halloweenesco de Screen Violence llega con el legendario Robert Smith. Fuera de sentirse desperdiciado como en el último álbum de Gorillaz, aquí conforma la mezcla perfecta de ambos mundos, Chvrches en parte rinde tributo a The Cure y a la vez hace de Smith uno más del equipo. Con un experto en interpretaciones vocales desgarradoras, este tema sobre desear escapar de la fama y sentirse sofocado por la presión del mundo no podía ser otra cosa que una obra maestra en melancolía, de lejos su colaboración superior y quizás su mejor canción en general.
“How Not To Drown” se encuentra apropiadamente emparedada en esta lista de canciones entre las tétricas “Violent Delights” y “Final Girl” para conformar la perfecta trilogía del terror de Chvrches. Ambas son nocturnas, con una carga de paranoia, desesperación y ansiedad. La primera es más industrial, donde Mayberry parece competir en intensidad contra una tempestad de sintetizadores, la segunda es más evocadora a Depeche Mode y su título es una clara alusión a un cliché del cine slasher.
El comentario social más profundo del álbum llega quizás con “Good Girls” que por la superficie parece ser una canción más de empoderamiento femenino, pero trae a la mesa cuestiones como la doble moral a la que están sujetas las celebridades del sexo femenino con respecto a sus contrapartes masculinas, lo que implica “matar a tus ídolos” -en palabras de la banda- cuando son malas personas y critica cuando sus seguidores escogen seguir consumiendo sus productos sin importar lo que hayan hecho.
Con dos tercios del álbum que no paran de sacudir al escucha, los últimos tres temas gradualmente lo llevan de vuelta a la calma. “Nightmares” destaca como la canción de ruptura y de superación en el disco y su mensaje la convierte en una digna secuela de “Leave a Trace” del Every Open Eye. “Better If You Don’t” cierra con broche de oro entre arpegios calmos de guitarra, la voz de Mayberry se percibe más liviana, pero melancólica y nostálgica. En lugar de finalizar con un gran estruendo, optan por salir de la tormenta y recibir el nuevo día con una nota esperanzadora mientras se desvanece la instrumentación en el fondo y quedan solo las últimas notas de la delicada voz de Mayberry.
Definitivamente Screen Violence es testamento del potencial de permanencia de Chvrches y del synth pop en el panorama musical por mucho tiempo más. Es la culminación del talento en composición y ejecución musical del trío escocés a casi una década de su formación. Es un tributo a sus héroes e inspiraciones -con uno de ellos incluido en la lista de canciones-, una postal de las emociones humanas más intensas y oscuras, así como su material más emocionante a la fecha.
8
KVD // Kartel Music Group / 2021
03/Sep/2021
Tal vez para los fans más grandes de de Kat Von D el 27 de agosto de 2021 se convirtió en una fecha importante, que marcará un antes y un después. Y es que luego de siete años de espera, al menos, por fin ha salido a la luz Love Made Me Do It, el primer trabajo donde la artista del tatuaje, empresaria y maquillista, esto luego de todo un proceso bastante espaciado, donde incluso los seguidores de su programa de MTV, L.A. Ink conocieron su etapa desde que comenzó a tomar clases de canto por allá de 2014, y ahora son testigos de un trabajo que supera cualquier expectativa.
Para Love Made Me Do It, Kat Von D se unió en colaboración con diferentes personajes de la industria musical en Estados Unidos como Dave Grohl, Dave Sitek, Linda Perry, Gregg Foreman y Dany Lohren, quien pertenece a Nine Inch Nails. Por otra parte, la artista nacida en Nuevo León trabajó para "Protected" en compañía de Peter Murphy, leyenda de Bauhaus a quien se le atribuye la escritura de este track.
De todo lo que se puede decir de este álbum, si que es un hecho que la presencia de la misma artista es imponente y se contrapone a cualquier otro detalle, tema que es muy interesante, ya que no solo se menciona desde lo estético o lo musical, más bien, a través de estas 12 canciones la cantante se ha abierto como persona para plasmar de manera contundente sus perspectivas de muchos temas como puede ser la soledad, el amor no correspondido y la necesidad de cerrar ciclos, acepar el dolor y lamer las heridas para salir adelante.
Sorpresivamente y no solo para los fans de hace años de Kat Von D este disco cuenta con una solidez artística que nadie veía venir. Se interpreta atípico para un proyecto relativamente nuevo que las 12 canciones estén realizadas bajo una óptica bastante coherente y con un estilo muy bien definido que hace mezclar el art rock con goth, sark wave, synth pop y demás. Es entonces que esta obra cuenta con un sofisticado diseño sonoro, así como una solidez envidiable.
Por otra parte, la música de Love Made Me Do It es un estilizado reflejo de la visión que tiene Kat Von D, donde se mezcla la elegancia y el minimalismo con agresivas tramas sonoras que son bien cimentadas entre drum machines y sintetizadores de gran ataque, se suman de a poco arreglos de cuerdas y al final la sólida interpretación de la cantante pone el punto final de una combinación sumamente atractiva para los oídos.
Love Made Me Do It abre con un "Intro" que es el claro reflejo del umbral musical que representa. Sintetizadores ochenteros aunque futuristas al mismo tiempo, baterías un poco artificiales y un aura completamente denso, que incita al drama y a la oscuridad. Rumbo al final, "Interlude" hace lo propio con un juego trabado de sintetizadores que se acoplan a la amalgama sonora impuesta por la artista y todo su equipo de trabajo.
Termas como "Vanish", "Protected" y "Fear You" comparten una serie de instrumentaciones que son la insignia del álbum. Esta se nutre de baterías fluidas y con demasiada presencia, le acompañan sintetizadores que reflejan un motivo misterioso, y por otra parte un piano que ayuda a marcar la armonía junto a voces que incitan al drama. Es complicado no dejarse envolver por este ambiente, que por momentos es casi cinematográfico, aunque uno se queda con ganas de un poco más de emoción.
En otros puntos más altos que pueden ser "Enough", "Exorcism" y "Lost At Sea" aparecen afilados riffs de guitarra y sube el ritmo para crear veloces temas que incitan a romper la pista de baile. Es interesante el uso de matices por parte de Kat Von D y su equipo de producción para hacer que todo el álbum represente una montaña rusa de sensaciones. Y por otra parte, a la mitad de la obra discográfica aparece "I Am Nothing", una balada que reinventa el sonido y aspira a una sensación melancólica que no se había percibido antes.
Pese a la emoción de la primera parte los elementos musicales se pueden tornar repetitivos, pero es al final de Love Made Me Do It que se llega a un clímax emocionante, esto comienza con la instrumental "Prelude", y le continúan las intensas "Pretending" y "Easier Sung Than Said" donde la cantante se deja ir con mucha pasión para dar un final épico que deja inspirado junto a toda la banda que sube los matices en esta parte. El cierre llega por parte de "The Calling" y es una canción justa para concluir una obra musical bastante llamativa, ya que resume toda la obra como si se tratara del final de una película.
Las historias que presenta Kat Von D en Love Made Me Do It son una ventana para conocerle mejor. La forma en que se abre la artista y plantea narrativas de carácter fuerte sobre el amor, el abandono, la soledad y la esperanza que se puede llegar a encontrar con la catarsis y el paso del tiempo representan una obra para hacer introspectiva y al mismo tiempo para no reprimir ningún sentimiento, probablemente "Vanish" es el track que refleja mejor lo dicho antes.
Algunos otros temas nos ayudan a entender y apreciar la importancia del miedo. Ese miedo que tenemos de enfrentarnos a nuestras heridas, de arriesgarse y dar pasos nuevos o de aceptar que las relaciones colapsan toma protagonismo a lo largo del álbum, aunque como contraparte, en muchos momentos Kat Von D cierra de una forma esperanzadora cada track, haciendo al escucha encontrarse con sus sentimientos más profundos, esos que a veces evita, y al mismo tiempo decirle que siempre hay una luz al final.
Finalmente, Love Made Me Do It es precisamente eso que dice el título; las cosas buenas y malas que llegamos a hacer por el amor y como es que eso nos puede dañar o hacernos crecer. Este debut por parte de Kat Von D sin duda es un grato derroche de vanguardia, fuerza y al mismo tiempo honestidad, puedes escucharlo a continuación y adquirir una copia en este enlace.
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