8
Glassnote Records / 2018
27/Jun/2018
Los procesos cíclicos en la industria musical suelen ser inevitables; cuando una banda con cierto renombre se propone comenzar ese ciclo, que para muchos da inicio con el proceso creativo de un álbum, las ideas deben estar claras en la cabeza para que, al ejecutarse, todo esté en sincronía. Hace unos meses pudimos platicar con Lauren Mayberry sobre su tercer álbum de estudio Love Is Dead, un nombre seco que dice mucho del contenido. Los 13 tracks de este LP son dispersos, tanto en sonido como en lírica y parece que carecen cohesión; un gran problema fue que permitieron la inclusión, por primera vez, del productor de pop Greg Kurstin y no trabajaron de manera independiente, como sí lo hicieron en The Bones Of What You Believe (2013) y el aclamado Every Open Eye (2015).
“Graffiti” es quien abre la puerta para entrar en el trance de Love Is Dead; es una canción alegre, con mucho poder y portentosa lírica, lo colorido de la voz de Mayberry la hacen agradable e inocente, como una carta de amor de secundaria. Sin embargo, en “Forever”, la banda escocesa decepciona un poco, al poner letras repetitivas y coros un tanto predecibles; no parece haber una evolución en el sonido y la melodía es plana.
El primer sencillo, lanzado el 31 de enero, es “Get Out”, una canción atractiva que tiene la esencia de la banda, pero también muestra audacia en los sintetizadores que atrapan de comienzo. De nuevo, el punto negativo es la lírica repetitiva que, lejos de ser pegajosa, cae en lo monótono. El segundo sencillo lanzado es “My Enemy”, que presenta a Matt Berninger de The National junto a Lauren Mayberry; esta canción tiene tonos divertidos y lo que se le puede reclamar es no haber explotado el potencial del vocalista de la banda estadounidense y haberle dado un papel más importante a esta colaboración, de la cual se hubiera podido prescindir sin problema. La lista de cuatro sencillos la completan “Never Say Die”, cuya deficiencia en la creatividad puesta en la letra de nuevo es notable y se vuelve un tanto molesta; y “Miracle”, donde Mayberry se suelta, capta su propia esencia y da protagonismo a su voz, por encima del buen sintetizador y los cambios de ritmo, que le dan un toque especial.
Otros tracks destacados son “Heaven/Hell”, una canción que muestra una dualidad inclusiva casi imperceptible entre el sonido que tenían en el pasado y el presente; en “Really Gone”, la letra es emocional, se siente un toque personal e íntimo de la vocalista y se complementa con la vulnerabilidad de los sintetizadores. La más destacada es “Wonderland”, que ha sido ampliamente aclamada por la crítica, por la inclusión de la guitarra eléctrica y la batería constante; es descriptiva, cálida y tiene un coro atractivo; en general, el álbum no demuestra mucha evolución en el sonido y pareciera un retroceso.
9
Rough Trade Records / 2018
27/Jun/2018
Este es la más reciente producción lanzada por la agrupación con sede en Nueva York, después de lo que fue Human Performance (2016), el cual fue ovacionado alrededor del mundo por varios puntos a favor, y puedo afirmar con seguridad, que Wide Awake! no carece de ninguno de estos aciertos, y se podría decir que incorpora algunos más.
De igual modo es importante recalcar que para la producción se involucró al virtuoso Danger Mouse, quien tiene acreditados varios clásicos atemporales dentro del mundo del género alternativo. Demon Days (2005) de Gorillaz y Brothers (2010) por The Black Keys son algunos ejemplos.
Ahora, si tuviera que elegir una palabra para describir a este álbum sería vibrante o quizás hasta brillante. Sin contar el hecho de que es una pieza que es socialmente consciente de algunas realidades no tan placenteras las cuales se retratan líricamente de una forma bastante poética e ingeniosa, musicalmente logra un sonido lleno de amenas familiaridades para cualquier fanático del punk o garage rock. Esto, sin perder esa sensación de frescura que te brinda cualquier LP que resalte de manera positiva hoy en día. Un álbum que imite demasiado a sus influencias carece de estas cualidades.
Con la voz vehemente del vocalista Andrew Savage, y esas líneas del bajo que realmente resaltan por su dinamismo en conjunto con las deleitosas guitarras y eficaces percusiones. Estas últimas sobresalen a mi parecer en la canción que lleva el nombre del álbum. Además, es un tema que me recuerda a Talking Heads, lo cual siempre es bueno. Todos estos elementos que Parquet Courts armoniza en este nuevo material resultan en una grata experiencia con duración de alrededor de cuarenta minutos.
Finalmente me gustaría destacar el arte del álbum, realizado por el mismo Andrew Savage. Es bastante llamativo, y en lo personal me sentiría curioso por escuchar esta producción sin conocer el sonido por la simple portada.
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