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Detail Records / BMG / 2021
El lanzamiento que se perfila como un estandarte enérgico y terapéutico para encontrar luz en la época más oscura.
A seis años de un descanso indefinido con este pseudónimo, Chet Faker presenta su segunda producción de larga duración Hotel Surrender, un disco que consagra el alter ego del músico australiano Nick Murphy como una sucesión inesperada, festiva y recargada de líneas funk, soul, R&B con backgrounds de jazz; Escrito, grabado y producido por sí mismo, y mezclado por Dave Fridmann (Tame Impala, Flaming Lips).
Casi de manera inconsciente, el músico y productor de 33 años reconecta con su último disco Built On Glass (2014), y a través de diez canciones da seguimiento con una aproximación menos cruda, mucho más apartada de la nostalgia y extrapolada con reflexiones e inquietudes personales que vibran en la positividad.
Si bien la música siempre ha fungido como un espacio catártico, el productor y multiinstrumentista ha encontrado una manera de identificar todo un amplio espectro emocional más allá de la tensión y las energías negativas, las cuales tienden a ser las protagonistas líricamente.
Cuando era joven y estaba triste la música era lo único que podía aliviar ese sentimiento y ayudarme a sentirme mejor, así que siempre hice esa conexión. Pero creo que a medida que he crecido me he dado cuenta que la música está en todos lados, en todas las emociones”, comenta Nick en entrevista para La Tercera.
Gracias a Music For Silence (2020), su último LP como Nick Murphy, pudo reconectar con este tumulto de consciencia que elevó su viabilidad de expresión y la importancia de encontrar un espacio esperanzador para el mundo. Este hecho se entrevé entre versos tales como:
A nivel producción, Hotel Surrender no busca compaginar con los clásicos ganchos pop que extreman melodías repetitivas o salpicadas de leads/ riffs que encabezan su estructura, sin embargo, entinta con texturas sutiles que enmarcan los géneros mencionados, en especial una clase de neo soul bien-intencionado hacia el R&B. En pocas palabras, lo suficientemente groovy como para eliminar la palabra ‘quietud’ de tu vocabulario corporal.
Con este disco parece redescubrir su parte más chamánica y ciertos aspecto de ella con las que espontáneamente encuentra la felicidad, algo que le haría muy bien a la gente hoy en día. De ahí la posible necesidad de regresar y la "responsabilidad" — según Murphy — de compartirlo con el mundo.