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Columbia Records / 2016
Por lo general, las bandas tienen uno o varios discos durante su carrera en los que intentan explorar nuevos sonidos o experimentar estilos, alejándose así de sus raíces. Este es el caso con el nuevo álbum de Chairlift, a quienes tuvimos la fortuna de escuchar en la edición del año pasado del Corona Capital, en lo que fue su primera presentación en México.
Moth (2016) es un cambio de dirección interesante con respecto a los dos primeros discos de la agrupación. La banda ha comentado cómo el nombre de este nuevo álbum es una alegoría al ciclo de vida de la polilla y del proceso de transformación del interior al exterior. Antes, sus canciones estaban principalmente cargadas de texturas oscuras que al final brindaban un synth pop melancólico y embriagante. En cambio, esta producción contiene un tono mucho más positivo y alegre, pero que no causa tan fácilmente la misma catarsis que el antiguo Chairlift.
También, ahora juegan con los tiempos introduciendo en algunas piezas ritmos de hip hop y jazz, creando hasta cierto punto un material más comercial y menos avant garde a como estaban acostumbrados. Es agradable escuchar cómo la hermosa Caroline Polachek sigue sobresaliendo con sus dulces y juguetones experimentos vocales.
El disco abre sólido con una serie de canciones empezando con “Look Up”, un bocadillo que sirve como preludio a la nueva estética de la banda que se hace presente en “Polymorphing”, una suave pieza con una letra sobre el perdón en el amor. Después llega “Romeo”, sensual y bailable, con uno de esos coros pegajosos que recuerdas por días. “Ch-Ching” es una de las piezas en las que mejor se puede apreciar este nuevo enfoque de Chairlift en el que mezclan géneros, pero que no logra consolidarse y a veces resulta un esfuerzo ambiguo.
“Crying in Public” y “Ottawa to Osaka” son dos piezas más tranquilas que buscan tener arreglos complejos para brindar profundidad a las tiernas melodías que te arropan. “Moth to the Flame” es posiblemente una de las mejores canciones de este disco, en la que todos los elementos hacen sinergia para crear una obra muy a la Chairlift. El disco cierra algo disparejo con “Unfinished Business” y “No Such Thing as Illusion”, composiciones que no sobresalen por algo en específico y que están cargadas de capas de acordes que generan una polifonía algo pesada que arrastra la voz de Caroline.
Chairlift, pese a tener en Moth una estética que puede resultar vaga, sigue siendo capaz de generar con sus canciones ese calor especial en ti, como cuando recibes los rayos del sol en tu trémula piel después de una corriente de aire gélida en un día de verano.