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Domino Records / 2019
Cat Power se ha colocado como una de las grandes estrellas del mundo independiente anglosajón debido a su constante renovación sonora que siempre busca la innovación a través de la conceptualización del sonido. Su mayor virtud es crear por medio de una imagen mental y darle coherencia sonora.
Seis años han pasado desde su álbum (Sun) y, en sus palabras, cientos de cambios han ocurrido en su vida. Más allá de querer revelar su vida personal por medio de un disco, Wanderer es la obra que muestra la evolución y transformación de la persona para explorar una nueva faceta de su vida, faceta que también trastoca su arte.
Durante los 38 minutos de duración, la placa da muestra de un cambio en la forma de contemplar el mundo pero sin perder la esencia sonora que la caracteriza. El punto más relevante de su álbum es como ella se desenvuelve como una artista que gusta de quebrar con su pasado para abrir la baraja de historias de vida y llevarlo a la música.
Si hubiese que definir su disco en una frase, sería: Wanderer es el disco de Chan Marshall y no de Cat Power. Dicho en otras palabras, su obra se desarrolla más desde lo introspectivo de su vida como ser humano en compañía de otro ser humano pequeño, por lo que su alter ego musical solo sirve como acompañamiento de esta nueva aventura sonora.
Pasando a la construcción sonora de la pieza, ésta mantiene la esencia de la artista, es decir, el uso de la guitarra como eje principal de las canciones y el uso de recursos acústicos como el pandero para complementar la pieza. Si bien, esto no representa un quiebre total con sus piezas anteriores; lo interesante es sentir la deconstrucción que ella desarrolla para expresar sentimientos e ideas diferentes en cada una de sus producciones.
“Wanderer” pieza homónima del disco es el discurso inicial de la pieza y nos muestra a un ser humano que busca contarle al mundo sus cambios y sus descubrimientos en la nueva etapa de su vida. Una pieza esencial para iniciar el viaje sonoro pues da muestra de lo que la artista quiere fundamentar durante los siguientes minutos. Quizá para el mundo del espectáculo y de la crítica, la colaboración de Lana Del Rey se convertirá en lo relevante de la obra, pero realmente el aporte de la cantante neoyorkina no es lo suficientemente fuerte para opacar un disco que está centrado en el autoconocimiento del ser humano a través de sus experiencias.
El disco es una pieza “nómada”, como lo infiere su título, es decir, muestra un viaje de reconocimiento de las situaciones que rodean a su interprete. Romper con el pasado siempre es un quiebre que no se puede deshacer, pero una vez que se da, no hay vuelta de hoja, se tiene que hacer sin miedo a lo que venga. Chan Marshall entiende la situación y lo describe en las sublimes “Robbin Hood” y “Me Voy”; tracks donde se puede sentir el alma del músico surgir como ente llamando a una refundación de su vida.
Asumir un compromiso con el re-descubrirse y re-fundarse es también no ceder a presiones externas que quieran influir en el desarrollo de una obra musical; en este caso las presiones de Matador Records por llevar el disco a terrenos más consumibles y que llevó a Marshall a firmar con Domino Records para mantener su independencia.
Un artista tiene responsabilidad con su creación, Cat Power la asumió y en Wanderer se dibuja un nuevo inicio en medio de una carrera de más de dos décadas dentro de la industria musical.