Camilo Séptimo
Navegantes

Navegación sin rumbo.

Sucede que cuando una banda lanza un disco que roza la perfección, es difícil que su sucesor mantenga la misma calidad o la supere. Lo anterior se ve ejemplificado en el trío mexicano Camilo Séptimo, que en 2017 dejó la vara muy alta con su álbum debut Óleos, con el cual cosechó el éxito con cortes como “Vicio”, “Miénteme” y “Ser humano”, solo por mencionar algunos.

Sin embargo, la falta de reinvención y una temática repetitiva se hacen presentes en su nuevo material de larga duración, Navegantes, un disco que el propio vocalista Manuel "Coe" Mendoza define como. “La analogía de existir y caminar por la vida, de aprender lo que el destino tiene para ti, de evolucionar en alma y espíritu. Es tener la conciencia de valorar las bendiciones que nos han llegado del cosmos”.

Los temas versan sobre eso, pero no hay canciones memorables como en la placa pasada. Un synth pop que intenta demostrar una evolución que no existe; analogías entre frases cursis y temas astrológicos como años luz, el universo, viajes astrales, el sol y la luna, imperan en todo el compendio.

“Paralelo” es quizá la mejor canción del disco, pues su intro y puente musical son tan nostálgicos que destaca de entre los otras nueve piezas que comprenden el material. “Remordimiento” apunta a ser la nueva “Ser humano”, pero sin el ambiente desgarrador de esta última. “Frecuencia” mantiene la misma línea discursiva de “Vicio”.

Esta nueva producción no innova, no ofrece algo diferente que no se haya oído, ya no en Óleos, sino en otras agrupaciones. La fórmula Zoé de las típicas canciones melosas y pegajosas está presente y es normal que muchas de las bandas actuales suenen al grupo más popular del rock pop mexicano. Además, hay que tomar en cuenta que el representante de Camilo Séptimo es Sebastián Franco, ex bajista de Reyno, dúo integrado por Christian Jean, quien produjo el primer LP de Camilo Séptimo y quien ha trabajado con León Larregui. ¿Coincidencia? No lo creo. Al final, todos los caminos llevan a Zoé.

Navegantes no es un disco malo, pero dadas las expectativas de su antecesor, el resultado es poco profundo. Coe y compañía tenían todo a su favor para hacer un segundo disco de calidad, pero quizá la premura por mostrar nueva música les rompió la brújula. Aun así, la esencia de Camilo Séptimo no está del todo sesgada, simplemente en su travesía no supo encontrar la suficiente emoción, dando como fruto una navegación sin rumbo.