Favoritos
Haz click en la banderilla para guardar artículos en tus favoritos, ingresa con tu cuenta de Facebook o Twitter y accede a esta funcionalidad.
9
Secret City Records / 2020
Para su cuarto álbum de larga duración, Braids, la agrupación canadiense encabezada por Raphaelle Standell-Preston nos entrega su álbum más accesible y a la vez personal y emocional a la fecha.
Para este material, titulado Shadow Offering, Braids recurrió a Chris Walla -conocido por ser el exguitarrista de Death Cab For Cutie- para la producción. Walla no es un novato en este trabajo, ya que además de componer para la banda antes mencionada, produjo y mezcló varios discos de la misma y ha realizado dicha labor para artistas tan variados como Hot Hot Heat, The Decemberists, Tegan and Sara, Ra Ra Riot y Lo Moon.
El nuevo álbum de Braids cuenta con una serie de canciones con estructuras que se sienten más convencionales y pop que en sus trabajos anteriores, pero ello no le quita el mérito de contar con ganchos más pegajosos y una amalgama de ritmos y texturas espaciales que lo hacen interesante y memorable.
Aunado a lo anterior, las letras junto con la entrega vocal constantemente emotiva y desgarradora de Standell-Preston mantienen la tensión constante en medio de arpegios de sintetizadores, guitarras reminiscentes al math rock, pianos delicados y cuerdas sintetizadas junto con melodías que nos envuelven en un manto de ensueño al estilo de Kate Bush, con una pizca de Cocteau Twins.
La introductoria “Here 4 U” es una pista de que lo que estamos por escuchar es más convencional y alejado de la electrónica experimental y las extensas piezas de los primeros discos de la banda, más bien sigue la ruta que iniciaron con su disco anterior. Este tema es un cauteloso y sentimental arranque sobre estar ahí para alguien en las buenas y en las malas, la persona a la que se dirige es un misterio, podría tratarse de una pareja o bien, de un hijo o un amigo.
Los arpegios saltarines de sintetizador son una constante a lo largo de estas canciones, pero los ritmos se mantienen impredecibles y aventurados, desde la percusión más discreta y arrulladora hasta una sorpresiva avalancha.
Escuchamos a la suave voz de Standell-Preston cantar sobre nostalgia por la juventud y amores inalcanzables (“Young Buck”), resiliencia y amor igualitario (“Eclipse (Ashley)”), la necesidad de dejar ir relaciones tóxicas (“Just Let Me”), entre otros aspectos de las relaciones humanas que se sienten universales e identificables con uno, pero siempre enfatizando la fortaleza propia.
“Fear of Men” se siente como una secuela del tema “Miniskirt” de su álbum anterior, esto por su temática de aversión hacia las conductas machistas y al abuso sexual. “Here on my two feet, I’m just trying to beat all the fears that hold me back, the fear of men, don’t wanna fear them”. Mientras que en “Upheaval II” reflexiona sobre su tendencia de buscar amor en donde no es correspondida y de perder el tiempo dando segundas oportunidades.
“Snow Angel” es la cereza en el pastel de Shadow Offering, con sus nueve minutos de duración es el único rastro aquí de su tendencia por hacer temas extensos, pero vale cada segundo. Comienza enérgica y con una vibra casi post punk, mientras que la segunda parte hace una transición a un monólogo emotivo y desgarrador en el cual Standell-Preston reflexiona sobre la desinformación, el calentamiento global, la desolación, el adoctrinamiento de las masas, el white-privilege y el consumismo mientras la rabia incrementa en su tono de voz hasta estallar como nunca antes.
Remata en una nota más serena mientras repite “can I get off of this ride? I'm feeling dizzy/ It's moving way too fast and I wanna come down” como señal de su hastío por la situación del mundo. “Ocean” es el respiro que necesita el escucha después de la tempestad del tema anterior con una serena balada de piano y “Note To Self” cierra en una nota más luminosa.
Con la discografía de Braids tenemos ya dos materiales que nos muestran su lado más experimental y dos su lado más dulce y popero, si estás casado con el primero quizás sea difícil abrazar canciones más digeribles, pero Shadow Offering es una mirada muy introspectiva hacia las relaciones humanas y la vulnerabilidad al ritmo de sus melodías más pegadizas a la fecha.
Ningún tema es descartable aquí, sino que la lista de canciones fluye con naturalidad y parece un viaje personal que tiene un destino fijo, es consistente y vale la pena escucharlo en su totalidad. ¿Es el mejor disco de Braids? Difícil decir, pero es un imperdible si gustas del dream-pop que te transporta a lugares pacíficos y del sabor ochentero de la música también.