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Jazz Life / 2019
Cinco años es un largo periodo de tiempo. En ese lapso puedes terminar una carrera, armar un proyecto o crear un genial álbum de música. Un lustro pasó para escuchar nuevo material de Blood Red Shoes. Para los que apenas oyen ese nombre les puedo decir que es dúo de indie rock de Brighton, formado por Laura Mary-Carter y Steven Ansell. Una carrera con pocos reflectores, pero con buena música y problemas de vez en cuando. Durante este periodo se pelearon, Laura se hundió en una espiral de autodestrucción y se rompió el brazo. Todos estos ingredientes dieron como resultado su reciente trabajo: Get Tragic. Muy ad hoc a su historia.
El hecho de no poder tocar la guitarra trajo como consecuencia la afortunada inclusión del elemento de la música electrónica al sonido indie rock de la banda (aunque si lo piensan, casi todas las bandas de dicho género terminan por incursionar en la electrónica, es como un cliché). Esta adición es plausible, ya que dota al álbum de un nuevo horizonte de sonidos más allá de la agresividad y el ruido característico de sus trabajos previo. Siempre es bueno ver a los músicos salir de su zona de confort y ver que los resultados son positivos.
¿Qué escucharás aquí? Guitarras distorsionadas, líneas pesadas de bajo y sintetizadores, en lp con un rango que va del indie rock al noise pop, rectas que aceleran el ritmo y curvas que lo disminuyen. Es un trabajo que mantiene un buen ritmo. Escucharás lo que sienten y han vivido en los últimos años por las letras sinceras, introspectivas y catárticas; tal vez te sentirás identificado. Estas aluden a problemas comunes como la ansiedad, depresión, miedo, pero también está el otro lado de la moneda con temas más positivos. Líricamente cumple y se nota la mejoría del dúo como letristas.
Get Tragic te atrapará desde el comienzo con "Eye to Eye" y "Mexican Dress". Inmediatamente notarás la evolución musical de la banda al experimentar con sonidos electrónicos. La variedad de sus canciones no pesa a la hora de escucharlo de una sentada, aunque hay altibajos como "Vertigo" e "(Interlude)", que sí se siente fuera de lugar. "Bangsar", "Howl" y "Find My Own Remorse", también destacan. Es un disco que vale la pena escuchar varias veces, aunque pienso que no dejará huella más allá de sus fans.
¿Vale la pena tu tiempo? Sí, completamente lo vale. Sus 37 minutos de duración serán una buena compañía. La habilidad de reinventarse y ajustarse a las situaciones que se presentan son una muestra del talento musical de esta agrupación. Este disco alegrará tus trayectos o el trabajo en la oficina si te gusta la música que mezcla guitarras distorsionadas con sintetizadores.