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Blood Orange – Freetown Sound

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Blood Orange – Freetown Sound
Blood Orange – Freetown Sound

Domino Recording / 2016

Artista(s)

Blood Orange

11/Jul/2016

Por qué Devonté Hynes es el nuevo héroe de la música.

Ahí está Michael Jackson, trae la chamarra roja que usaba cuando se transformaba en zombie en "Thriller", su entorno inmediato es negro contrastando con el color crema de la pared a la que está adherido. El rey del pop mira a dos personas que se encuentran sobre la orilla de una cama con sábanas doradas y al borde olánes blancos. Es una pareja que se abraza. Él sentado, ella de pie frente a él. Binky gira el rostro y nos lanza una mirada poderosa, parece que advierte: "voy a defender este amor", y coloca los brazos sobre el cuello de Tony mientras este la sostiene de la cintura, pone su rostro con los ojos cerrados sobre la mejilla de ella, tiene un cigarrillo en la punta de sus dedos. Binky trae unos shorts estampados de flores, un brassier negro y está descalza. Tony usa una camiseta blanca, un pantalón deportivo y unos calcetines negros con rombos azules y cafés. La fotografía se llama Binky & Tony Forever, es la portada del nuevo álbum de Blood Orange y fue capturada en 2009 por Deana Lawson.

"Siento que representa el amor juvenil sin decirlo abiertamente (...) necesitaba crear una imagen que fuera físicamente sobre el apoyo, la intimidad y los abrazos, entre jóvenes negros", narró la artista a The Fader. No recuerda por qué aparece Jackson, puede ser porque la imagen es de la época en que había muerto. Lo cierto es que la casualidad (lo arbitrario de las situaciones de cada día, de las cosas que se hacen sin pensar, sin un objetivo en mente) impone una señal que quien escuche el nuevo álbum de Devonté Hynes notará. La composición de la imagen (póster incluido) tiene una fuerza estética perceptible en cuanto se observa por primera vez, curioso que aparezca el creador de hits como "Beat it", "Thriller" y "Smooth Criminal" en una de las placas musicales más sobresalientes del año (sino es que la mejor): Freetown Sound.

Nombrado en honor del lugar de nacimiento del padre de Hynes (Sierra Leona) el álbum se compone de 17 temas producidos como un long mixtape. “Es mi versión de Paul’s Boutique” –la segunda entrega de Beastie Boys– había afirmado Dev sobre este lanzamiento que se adelantó tres días para coincidir con el día del orgullo gay y cuya temática profundiza sobre los conflictos raciales, políticos, sexuales y la llegada del cristianismo a África Occidental.

El multifacético, prolífico y talentoso Devonté en su papel más conocido presenta una composición brillante y prodigiosa que combina pop, funk, trip-hop y ritmos tropicales en ambientes nostálgicos, reflexivos y amorosos. Una compleja amalgama de sonidos que se esconden en una producción que va dando sorpresas en cada track, que lo mismo da prioridad a la guitarra, a los synths, a las percusiones, al bajo o a las voces. La música manda. El ritmo conduce, las letras conmueven; y el timbre de voz cautiva porque junto con Empress Of, participan Ava Raiin, Debbie Harry (Blondie), BEA1991, Nelly Furtado, Kelsey Lu, Carly Rae Jepsen, Zuri Marley, Ashlee Haze y Venus Extravaganza, a lo largo de los diferentes temas, en coros, en diálogos y en las voces principales.

Blood Orange podría ser el heredero del legado de Jackson, no porque reivindique el pop, sino porque su premisa es la de crear música maravillosa. En "Augustine" la batería entra a un ritmo constante, potente y contagioso, la guitarra da unos punteos al aire, casi visibles y el bajo mantiene el beat, pum-pum-pum-pum-pum-pum hasta el infinito. El cuerpo tiene que estar vibrando. Notas de piano que acompañan a su antojo. Pero la batería sigue siendo el eje. Y el coro: “See Augustine, Late have I love and choose to see, skin on his skin, a warmth that I can feel with him”. Y aún al final cuando la canción alcanza el clímax tras una pausa, en una especie de revelación mágica, la batería sigue el mismo paso, sigue marcando el ritmo, los coros llegan al éxtasis, pero la batería no se percata, tiene un solo objetivo y nada se lo va a impedir: desvanecerse.

En el trabajo de Blood Orange no hay hits ni clásicos inmediatos, por el contrario, es una obra compleja, ambiciosa, muy emocionante, a la que hay que adentrarse disfrutando de sus sonidos. No es necesario escuchar una y otra vez las canciones, no hay que entenderlas, sino contemplarlas y abrazarlas, como la pareja de la fotografía.

Visita el Facebook de Blood Orange para seguir de cerca sus movimientos.

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Bat for Lashes — The Bride

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Bat for Lashes
The Bride

Parlophone / 2016

Artista(s)

Bat For Lashes

Una travesía que busca dejar el dolor atrás.

La emoción que toda persona debe sentir al escuchar “Hasta que la muerte los separe” debe ser indescriptible, pero ¿qué ocurre cuando esta trágica profecía se cumple antes de su unión? Esta es la interrogante sobre la cual se desenvuelve el cuarto álbum de estudio The Bride de Bat For Lashes.

En este disco, se explora hasta el más íntimo pensamiento que se te pueda ocurrir, el más espiritual o el más triste, cualquiera de los anteriores a través del personaje  que Khan nos presenta.

La melodía “I Do”, sirve para contextualizar la historia de una futura novia ilusionada con la felicidad que traerá el matrimonio a su vida. El arpa casi de ensueño puede transmitirnos el entusiasmo que siente previo al enlace. Más adelante en “In God’s House” –una de la canciones que más resalta–, la utopía imaginada comienza a ser menguada por la sombra de una terrible premonición, confirmada por la noticia de que su prometido, Joe, falleció. Para cuando llegamos a “Sunday Love”, el personaje principal de esta trágica historia se encuentra en una de las mayores crisis en la trama pues ella embarca un viaje por su cuenta después de enterarse de lo ocurrido para más tarde pasar su luna de miel en solitario.

Los conflictos que trae consigo la negación al haber perdido a un ser amado comienzan visibles en “Never Forgive The Angeles”, dónde se hace evidente la desolación que siente la novia después de que le arrebataron su final feliz, sin embargo, más calmada en “Close Encounters” podemos notar que su amor, iba más allá de lo terrenal. Después de un tiempo, llega la asimilación en “If I Knew”. La novia agradece a Joe por haber llegado en el momento perfecto y por lo momentos buenos y malos en los que él la ayudo a encontrar la luz. Es así como se da cuenta que su vida debe continuar y en “I Will Love Again” decide regresar a casa.

A pesar de que The Bride es un álbum que gira alrededor de una misma circunstancia, hay algunas canciones que pueden ser interpretadas desde diferentes perspectivas y esto se lo podemos atribuir a las destrezas de Khan a la hora de escribir. Lo que nos resulta ajeno, es quizá la falta de melodías fuertes y poderosas que hemos disfrutado hasta el cansancio en sus entregas pasadas, como “What’s a Girl To Do?”, o la pegadiza “Daniel” o la exquisita balada “Laura”.

No obstante, tampoco podemos dejar de lado la evidente evolución, tanto musical como lírica, que ha tenido Bat For Lashes, pues ya hace diez años que llegó Fur And Gold y después le siguieron el nominado al Mercury Prize de 2009, Two Suns y el aclamado The Haunted Man con el que consolidó ante la crítica su talento como cantante y compositora.

En conclusión, The Bride es el claro ejemplo de la habilidad de Natasha Khan de crear escenarios imaginarios y transportarlos de la mejor manera a los terrenos musicales para transmitirnos lo que el personaje en turno esta sintiendo en ese momento, y eso es algo que a muchos en este tiempo les cuesta trabajo hacer.

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Blood Orange – Freetown Sound - Indie Rocks!