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Partisan Records / 2023
Sabrina Teitelbaum encontró su alter ego en Blondshell, el nombre que da vida al proyecto que la artista lidera con tan solo 25 años de edad. Teitelbaum, compositora indie rock de Los Ángeles, California, se ha convertido en poco tiempo en una de las cantantes más aclamadas por la crítica, tras entregar sus primeros sencillos, “Olympus”, “Kiss City”, “Sepsis”, “Veronica Mars” y “Joiner”, parte de lo que forma su primer álbum de estudio, Blondshell.
Un riff de guitarra espesa, que abre el disco, marca el inicio de “Veronica Mars”, curiosamente, el título de la canción es también la primera frase que la letra menciona. Poco a poco, la guitarra y la voz van subiendo de tono hasta que terminan por explotar en un coro que cierra con un grito y da pie a un solo de guitarra (bajo un efecto electrizante y excitante) que de pronto es cortado. Así, la canción pasa de 100 a 0 en un segundo, indicando que la virtuosidad sonora recién comienza.
Después del trago de 1 minuto con 58 segundos de introducción, inicia “Kiss City”: una canción con ambiente de misterio. Nuevamente el nombre de la canción corona la primera frase de la misma. El contraste de “Veronica Mars” y “Kiss City” es evidente: se respira un aire de tranquilidad y se percibe un ligero arreglo de piano en notas agudas; Sin embargo, al adentrarse al coro, “Kiss City” vuelve al riff de guitarra que, aunque es tormentosa, mantiene la armonía rítmica que se plantea desde el segundo uno.
“Olympus”, la tercera canción del disco, podría ser el soundtrack de cualquier escena de decepción amorosa en alguna película adolescente… no por demeritar la canción, sino porque en ella se manifiestan los vacíos del primer amor, las tardes llorando y las primeras cartas y fotografías de una relación que inevitablemente tiene un final: “I just keep you in the kitchen while I burn, burn, burn”.
El momento oscuro del disco llega con “Salad”, canción que juega con los sonidos tenebrosos pero infantiles que simulan un xilófono o un teclado con efecto. Las notas que acompañan el inicio de la canción, envuelven el cerebro en una masa homogénea que resulta en sonidos explosivos e inesperados.
“Sepsis” apuesta por ser la canción más chill del disco, ideal para un viaje en carretera al atardecer: sin complicaciones, sencilla y ligera, música pura. Mientras que su sucesora, “Sober Together” marca el inicio del canto de las sirenas.
En los relatos de los sueños más profundos de quienes contaban las historias legendarias de los seres míticos marinos, la voz femenina era clave para caer en el encanto de alguna de estas hechiceras. El canto con el que inicia Sabrina Teitelbaum, es lo más parecido al canto de una sirena: una voz en delay, sumergida en los tonos de su propio eco, como si estuviera bajo el agua cantando para tus oídos. Una canción celestial y acústica, con la que se puede sentir la brisa del mar.
Hacia el cierre del disco se encuentra “Joiner”, sencillo que Blondshell había compartido previamente y que elevaba las expectativas sobre su álbum debut. Le sigue “Tarmac”, que inicia con una guitarra tranquila y que contiene voces que se repiten como mantra.
Blondshell termina con “Dangerous” el cierre acústico y dramático; un track que, al representar el cierre, es también una metáfora de despedida, como un adiós después de una larga travesía que ha tocado los puntos de inflexión más íntimos de Sabrina Teitelbaum.
Sin duda, Blondshell es un excelente debut para la carrera de Teitelbaum y pronto figurará entre los mejores discos de la escena indie alternativa en inglés para nuevos artistas. El estreno mundial del álbum será el próximo siete de abril en plataformas digitales y formato físico.