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Sacred Bones Records / 2019
A veces, la música electrónica llega a ser de los géneros más polarizados (junto con el reggaeton), ya que en su totalidad es disfrutada por millones con el género de EDM, odiado por muchos por su “simplicidad”, pero también llega a ser sofisticada en su opuesto, el IDM. Más allá de etiquetas, la música electrónica guarda decenas de subgéneros y experiencias que si uno pone atención, encontrará gratas sorpresas.
Una de estas sorpresas es precisamente el productor inglés Benjamin John Power (Blanck Mass), quien desde hace casi una década se ha dedicado a la experimentación, pasando por el techno y noise con su disco Dumb Flesh (2015) hasta llegar a una estética más dirigida al trance e industrial con World Eater (2017). Ahora, con la producción de Animated Violence Mild (2019) logra consagrar esta amalgama de géneros, y por supuesto, repitiendo con la ecléctica disquera Sacred Bones Records, que arropa artistas como Zola Jesus y John Carpenter.
Después de una pieza titulada “Intro”, el disco empieza agresivo y violento con “Death Drop”, una mezcla oscura de emociones que nos incitan a entrar a un mosh pit y descargar toda nuestra energía, para pasar a una transición con “House Vs. House”, que sigue con esos beats entrecortados pero tiene un desarrollo interesante de armonía e incluso suspiros de eurotrance, los cuales maduran con “Hush Money” y su positiva melodía.
Benjamin sigue experimentando con “Love Is a Parasite” que tiene un ritmo altamente pegajoso y recupera esa textura industrial de sus primeros discos, pero ahora, con una gran frescura. Con “Creature/West Fuqua”, coquetea con un estilo house dándose el lujo de jugar con voces y ecos acompañados de deliciosas arpas, generando un interesante respiro y espacio.
Por si no fuera poca la experimentación, con “No Dice” toma un ritmo con toques de hip hop para construir sobre esta base un verdadero repertorio de samples que en solo se vuelven más y más hipnóticos con el tiempo. El disco cierra fuerte regresando al techno más techno con “Wings of Hate”, proporcionando emociones alienígenas extrasensoriales que nos llevan a otra dimensión.
Aunque algo corto, este disco es un agasajo para los fans de Blanck Mass así como de su antiguo duo, Fuck Buttons. Aunque no sea tan popular y conocido, es agradable ver como Benjamin sigue produciendo música fresca y solo nos queda esperar que más actos live como este vengan a nuestro país, como él lo hizo en la edición de Nrmal 2016.