8
Kanine Records / 2016
23/May/2016
Beverly es una de esas agrupaciones con girl power que están dando de qué hablar, incluso a pesar de su alineación actual: Drew Citron -voz y guitara- y Scott Rosenthal -bajo y guitarra-. Anteriormente, también se incluía Frankie Rose -Crystal Stilts, Vivian Girls y Dum Dum Girls- pero dejó el proyecto por diferencias creativas. Este par de neoyorkinos hacen que la fórmula de su segundo álbum de estudio, The Blue Swell, nos sumerja en las profundidades de un rock pop cicatrizante, emotivo y lleno de reverberaciones, grabado a la orilla de un río cerca de Canadá.
Después de un par de años del lanzamiento de su álbum debut, Careers, el dueto ahora conformado por Drew Citron y Scott Rosenthal no se da por vencido y confecciona un rock pop muy familiar al de los noventa, con su glam alternativo y de calidad en diez canciones con curvas de sonido que a veces galopan rápido y a veces se detienen para ser sublimes.
El álbum abre con “Bulldozer”, un tema intrépido con efectos de desplazamiento en las guitarras que vuelcan su paso veloz en compañía de coros y cajas de efectos. “Crooked Cop” es un dulce manjar de miel, perfecto para el verano, con de fluorescencias de la naturaleza. Por otro lado, “You Said It” es un tema que solloza en el alma de la guitarra y sucumbe a ritmos noventeros y melancólicos que recuerdan las primeras agrupaciones integradas por féminas.
“Victoria” es un tema más endulzante y repetitivo que, al principio, nos engaña con su semiacústica para después dar un giro de 360° y convertirse en un himno pop. En su destreza, Beverly es especialista en crear algunas baladas como “South Collins” y “The Smokey Pines”, que nos envuelven en una cortina de coros celestiales y reverberaciones discretas. Temas para el verano, para el romance o para ambos.
En The Blue Swell radica también esa variante del pop punk en “Lake House”, “Contact” y “You Used To Be A Good Girl”, debido al uso de distorsiones y ritmos rápidos que bien ha heredado Beverly de la ola punk californiana que atraviesa a cualquier generación de músicos.
Para cerrar con estilo y dejar huella en su regreso, la dupla de Nueva York nos remata con un tema que da fe de su virtuosismo: se trata de “Don't Wanna Fight”, que contiene rasgos de surf y elegantes tonos tropicales. The Blue Swell es un buen álbum y, con nueva nomenclatura de Beverly, nos deja queriendo más. Esperamos pronto salga el tercer material discográfico.
6
Beachwood Park / 2016
20/May/2016
Desde que el oso en el arte de su álbum debut de nombre homónimo vio la luz en 2003, Rooney resultó la opción perfecta para retratar verano, playa y sol. Su pop rock fresco surgió en Los Ángeles, California, para ser el soundtrack del adolescente que se divierte en vacaciones. A través de cuatro discos, han mantenido su premisa básica sin variarla mucho. Y ahora, después de 6 años desde su último lanzamiento discográfico, llega Washed Out, apegándose al sonido que ese emblemático oso nos presentó en un inicio.
“All The Beautiful People” abre sorpresivamente, evocando un sentimiento más oscuro. Algo que podría sonar a Hurts cambia completamente de tono en “My Heart Beats 4 U”. Con buen ritmo y letra cursi, recuerda algo más familiar.
Múltiples influencias comienzan a hacerse muy presentes, tal vez demasiado. Se escucha claramente a Weezer en “Why” y, posteriormente, en “I Miss You When You’re Gone”. Entre ellas está la canción que da nombre al álbum, “Washed Away”, la cual se arriesga con guitarras más pesadas al estilo Deftones, pero desafortunadamente no logra unirse exitosamente a la letra que la acompaña.
Sobresale “Do You Have To Go”. Para brindar algo más innovador, se agarra de Kaiser Chiefs en sus temas menos rockeros. Como puente a algo más conocido está “Time Alone”, que con poca relevancia, da paso a la estrella del disco. “Come On Baby” es la formula conocida y amada por los fans de Rooney, completamente disfrutable y perfecta para ser el próximo hit, tal como lo fue “That Girl Has Love”.
Washed Away termina con “Sad But True”, una balada que no deja de ser escuchable pero está lejos de ser memorable, como todo el disco. Se aprecia que, después de su silencio, Ronney haya intentado experimentar. Sin embargo, con letras que no maduran y estilos robados, su sonido no sale del estado de garage band.
Haz click en la banderilla para guardar artículos en tus favoritos, ingresa con tu cuenta de Facebook o Twitter y accede a esta funcionalidad.
Avisos