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Castle Face / 2020
Con vibras a la Miles Davis en su era eléctrica o quizás hasta un poco de John Coltrane cuando dejó las drogas y encontró una forma de expresar su espiritualidad en la música. Sí, todo eso, pero obviamente demasiado rebajado, y con rebajado no me refiero a nada malo, es el álbum debut del “súper grupo”: Bent Arcana.
“The Gate” suena espiritual, “Outré Sorcellerie” suena espacial, “Misanthrope Gets Lunch” suena psicodélico, “Oblivion Sigil” suena selvático e incluso africano. ¡Ojo! No es que lo quisieran así, ni que hayan buscado esos sonidos, toda esa magia se creó a través una sesión de 5 días de completa improvisación.
Lo que quiero decir es que las notas, sonidos, ritmos, melodías y motivos fueron totalmente pensados al momento, esas eran las sensaciones que salieron en es mismo instante. Si hubieran grabado un segundo antes, un segundo después, un día o 5 días después, todo hubiera sonado a algo completamente diferente, así de intensa es la energía de la improvisación.
Hoy vemos esto como un disco debut, pero no son músicos nuevos, ni es la primera vez que se meten al estudio, no es siquiera su primera banda. John Dwyer lleva años como guitarrista de Thee Oh Sees y además ha creado otros proyectos, Ryan Sawyer, baterista, ha tocado con Thurston Moore y los japoneses Boredoms, Marcos Rodriguez, guitarrista, viene de Prettiest Eyes, Andres Renteria, encargado de las percusiones, es un músico de sesión que ha colaborado con Father John Misty, Flying Lotus y muchos otros.
Por otro lado, también tenemos a Kyp Malone haciendo un increíble trabajo en los teclados y sintetizadores, él sale de TV on the Radio para integrarse a Bent Arcana. Brad Caulkins, músico de sesión que ha trabajo con The Flaming Lips, Thee Oh Sees, Portugal. The Man, es el saxofonista encargado de crear melodías junto a Joce Soubiran, saxonista de sesión, y la violinista Leana Myers-Ionita de Feels.
Es gracioso como en todos lados le ponen la etiqueta de supergroup a Bent Arcana, aunque creo que ese término es más usado en el rock. En el jazz, a pesar de ser considerado un género elitista, pretencioso o inflado, aún teniendo grandes o quizás hasta titánicos músicos en una sola formación jamás usan ese término.
Esto me pone a pensar, ¿La palabra supergroup es una palabra creada por las grandes industrias para ganar más dinero?, ¿Es la forma en la que los más gozosos del rock le dicen a sus ya ultra mitificados ídolos?, ¿Es la forma en que el mismo género se autoensalsa y se autoafirma a si mismo como el mejor género musical?, ¿Me estoy haciendo una super chaqueta mental del tamaño del universo? Yo no sé, pero a veces parece demasiado.
Lo que no se puede negar en absoluto es que el disco es totalmente ácido y que cada una de las notas tocadas durante esos 5 días de improvisación están increíblemente bien colocadas, en el momento preciso y con la energía indicada, así lograron crear tremendo viaje psych, free-jazzero, experimental, krautrock, multidimensional.
Ok, ¿por qué se me salió decir que sonaban a un Miles o un Coltrane rebajados? Bueno… Porque por momentos me parece escuchar que se van por la segura, dejando que la batería lidere con ritmos motorik para que los demás se puedan subir más fácilmente a la improvisación.
Pero también me pasa que puedo escuchar todas las referencias de Can, del Tributo a Jack Johnson de Miles, de algunos sonidos selváticos de los discos más experimentales del Santana y obviamente la espiritualidad de John y Alice Coltrane.
Con esas referencias en la cabeza no puedo dejar de pensar en la tremenda experimentación que John Coltrane y Miles Davis plasmaron en sus momentos más creativos, igual también se puede escuchar un poco de referencias a Ornette Coleman, que obviamente hacia cosas casi barrocas para ser improvisaciones puras.
Entonces al escuchar lo que logran los Bent Arcana no me suena tan aventurado como los artistas de los que tomaron influencia, pero sí más aventurado que cualquiera de sus congéneres, incluso hasta más aventurado que cualquier jazzista de moda como Kamasi Washington, Takuya Kuroda o Jose James.
Pero también soy consiente que no son ni Miles, ni Ornette, ni son Coltrane, ni ningún tipo de John McLaughlin y tampoco es que quieran serlo. El disco es muy bueno, es el tipo de música es la que a un servidor le gusta escuchar, la que me inspira y alimenta mi alma.
El debut de Brent Arcana tiene toda la esencia para volver loco a cualquier escucha, es lo suficientemente impresionante para atraparnos y llevarnos a conectar con todas las fuerzas místicas para recordar nuestra existencia más espiritual, más primigenia.
Los motivos melódicos siempre estarán a cargo de la sección de vientos, las guitarras más que jugar en escalas jazzísticas, juegan entre adornos más psicodélicos, pero los pocos acordes que se logran escuchar son muy jazzeros, quizás, por momentos, pueden ser comparados con algo que sonaría en el mítico Tributo a Jack Johnson de Miles Davis. Claro, no tan aventurados, pero eso sí bien plantados y muy bien utilizados.
El disco termina sin terminar, la verdad es que al ser una sesión de pura y completa improvisación, no encontramos estructuras convencionales de canción, por lo tanto, no hay un final como tal.
Y al escuchar ese silencio del final, esperamos que comience la siguiente canción, pero el disco ha terminado y no hay más. Nos hemos quedado picados, queremos seguir escuchando y automáticamente deseamos que Bent Arcana siga vivo y se avienten un segundo álbum en algún momento, en el futuro.