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Invada Records / 2018
Beak> es un proyecto bastante complejo, pero al mismo tiempo con una simplicidad que raya en lo audaz. En ocasiones no sabemos si se burlan de nosotros o si son unos verdaderos fuera de serie. El trío nacido en Bristol está compuesto por Geoff Barrow, genio detrás del sonido de Portishead y dueño de Invada Records, Billy Fuller y Will Young. Para darnos una idea de lo que es Beak> y su extraña manera de trabajar, su primer álbum lo grabaron en una sola toma. Sin cortes ni ajustes maquiavélicos en el estudio. Sin sobre posición de arreglos ni miles de masters en ejecución. Como si se tratará de una película Serie B de muy bajo presupuesto.
El sonido de la banda es único y refrescante, pues se han encargado de destrozar géneros musicales para absorber lo mejor de cada uno. Con sintetizadores pesados, guiños al krautrock, psicodelia sombría, fríos momentos pop y una clara obsesión por los soundtracks de los 80 y la ciencia ficción, Beak> ha construido un universo multiconvergente donde todo puede pasar, y donde nada resulta ser predecible.
Ahora, después de seis años del lanzamiento de >>, Beak> sigue con su monótona cuenta para nombrar a sus LPs y presenta su tercer material de larga duración: >>>. La música en esta ocasión fue más compacta y el trío rompió varios paradigmas que en sus anteriores entregas habían descuidado, o cuidado, sea cuál sea el caso. En primer lugar ahora proyectan más arreglos en las cuerdas, siguen con esos ritmos análogos en el sintetizador pero su sonido suena más ecualizado, con una composición superior y una producción mucho más respetada. En segundo lugar parece que saltaron de ese fondo de b sides y rarities para darle a la banda una proyección más clara. Y no es que hayan perdido su esencia, al contrario, encontraron una forma para elevarla un poco más. Destilando sus influencias para hacer de este nueva etapa algo totalmente distinto.
“The Brazilian” es un implacable primer paso y excelente tema abridor, la guitarra lleva directamente a un gruñido progresivo, además el sintetizador es un aullido en forma de ola espacial que te recuerda a Yes, subiendo y bajando el volumen cuando se merece, un muy buen primer acierto. En segunda instancia llega el single debut: “Brean Down”. Con una lírica más profunda escuchamos cantar a Barrow, “You don’t like our music ‘cause it ain’t up on the radio”, repudiando contra esa manera comercial en cómo se consume música en nuestros días y los éxitos pasajeros que suelen llenar nuestros oídos mensualmente. Se destaca que Beak> siempre vuelva a su “usual” yo, pero nunca se conforme.
Bajando nuevamente los controles llega “Birthday Suit”, un hipnótico tema que arranca con un sintetizador trip hop ralentizado y una voz con eco en el espacio. Uno de los mejores temas de >>>. Y con apenas tres canciones en la mente, me percató que Beak> lo volvió a hacer con maestría: estoy completamente inmerso en su música y en su mundo. “Harvester” es una melancólica melodía, los sintetizadores son dejados atrás por primera vez y un arpegio oriental en las cuerdas acompaña todo el tema. Es uno de esas canciones que se alejan completamente del alien que es Beak>, pero que de alguna manera se agradece que su libreto no sea un trámite engorroso, que pueden improvisar y jugar con su creación cuando así les plazca.
Y así como nos expulsaron del alienígena y minimalista concepto, con “Allé Sauvage” nos vuelven a inducir por completo y sin previo aviso. La composición de siete minutos se toma su tiempo, presenta un concepto completo con previo, clímax y desenlace. Un viaje con ralladuras techno que si bien no pertenece a ningún soundtrack de alguna película vintage de espías o a una obra de giallo italiano de Argento, debería de hacerlo. Con “Teisco” como conexión de ficción terrorífica, la trama vuelve a girar la tuerca y llega “King of the Castle”. Un arreglo en las teclas que parece fue inspirado en un videojuego retro, Beak> se arriesga a integrar una guitarra muy garage y una voz más profunda y explosiva. Todo cambia de manera perfecta en el trío, su ser tiene incontables mutaciones dignas de ovación.
La pantanosa y espeluznante “Abbots Leigh” presagia el final. La canción de seis minutos se aproxima mucho a lo que el proyecto propuso en >>, trayendo de nueva cuenta raras conexiones entre sonidos de ultratumba y vertientes lodosas lo fi. Con una propuesta totalmente instrumental, Beak> da una vuelta y realiza un flashback a sus orígenes. Y como todo filme tiene su desenlace, “When We Fall” viene para culminar el tercer extracto cinematográfico del trío de Bristol. Nuevamente como en “Harvester”, la guitarra tiene un gran peso. Y aunque es una excelente pieza que puede ser encapsulada en el folk, resulta increíble que sea la más floja de un álbum casi perfecto.
Beak> es un despreocupado creador que no le interesa encasillarse en corrientes musicales. Con arreglos trippy y la conexión de diversos sonidos, sus temas muchas veces resultan ser conexiones interplanetarias más que singles que se manejan de manera autónoma. Su amor por la estética y la cultura retro ha convertido a sus discos de larga duración en fantásticos soundtracks de su propio universo cinematográfico. El trío de Bristol maneja su mundo a la perfección, pero al mismo tiempo parece que no planean nada. Que sueltan a la bestia y graban los resultados sin ser etéreos o tratando de mantener una obsesión de “autenticidad”. >>> es frío, raro y distópico. Simplemente es Beak>.