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GLASSNOTE / 2021
Para hablar de un medio de destrucción masivo, tal como un misil soviético que pudo haber acabado con Estados Unidos, el optimismo dentro de Dead Hand Control es una latente incrustada en este nuevo y desmesurado disco. Desde el polo opuesto con temáticas sobre guerra, bombas y muerte, Chris Baio atraviesa un sendero desértico para llegar al otro lado, y hacerte saber que aunque las extremas circunstancias nos acerquen a un prolífico y catastrófico escenario mundial, puede existir una manera de estar ahí para los demás.
En esta nueva entrega, el bajista de Vampire Weekend, trae consigo la tercera muestra de su proyecto solista, Baio, mismo que a través de tres álbumes nos ha introducido al electro pop, el techno y el funk en una buena carta de presentación. Con la antesala de su última producción Man Of The World (2017), este nuevo disco intenta envolvernos con preámbulos abrasivos, leads ochenteros, beats saturados pero reconfortantes, y un trasfondo que alude a la fuerza de un estallido que podríamos oír una y otra vez; elementos que imbuyen en líricas románticas que traen al escucha un toque de esperanza.
Para empezar el viaje, “Dead Hand Control” como track homónimo de este álbum, y primer tema en lista, ofrenda una voz grave y un vibra country que después evoca en un cambio alegremente estruendoso. Este tipo de variaciones y atmósferas se postulan a lo largo del LP como una entidad que pretende mostrar algo diferente cada minuto, que no recae en la monotonía y en cambio reside en el dinamismo.
Por otro lado, Chris antepone en temas como “Endless me, endlessly”, “Never Never Never” o “Take It from Me” este dulce e inofensivo propósito de estar ahí para alguien en algún momento difícil, una vibra para bailar y mantenerte cerca de tus seres queridos, con un dulce y empático propósito que viene a definir la temática central del disco.
Mientras tanto, en otras canciones como “Dead Hand” y “Caisse Noire”, Baio abre una vereda musical que cubre hasta 9 minutos de material resonante, con un sube y baja de elementos como pads, beats electrónicos, guitarras abiertas, secuenciadores, algunos pianos y una resolución a nivel producción que evita que cualquiera con un par de audífonos y un dispositivo cambie de tema.
Respecto a colaboraciones, este larga duración se encuentra bien acompañado por diversos músicos y artistas, como en el track “O.M.W”, donde el bajista y productor colaboró con Ezra Koenig (compañero y vocalista de Vampire Weekend), en este tema que posee 9 años de antigüedad. Además contiene la presencia de George Hume (guitarrista), Greta Morgan (vocal), Robbie Sinclair (baterista) y John Foyle (ingeniero), que confluyeron en este disco grabado en un estudio de Damon Albarn, en Londres.
Generalmente, este álbum posee una tenue influencia proveniente de la agrupación de Chris Baio, sin embargo, a través de esta producción ha logrado debatir este influjo y así confluir en un estilo propio que hace de cada tema un viaje muy característico.