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Polyvinyl / 2016
Durante mis 24 años viviendo en la tierra, he notado que las reuniones con viejos amigos, como los de la prepa, suelen estar cargadas de ambivalencia y cierta awkwardness. Parte de ti trata de ajustarse a algo nuevo, pero otra parte parece permanecer fijada en como solía ser estar con esas personas. Puede haber demasiadas expectativas y al no poder volver a lo que era antes, el presente bien puede ser conmovedor, por todo lo que ahora significa volver a estar con esas personas, o solo un recuerdo más de que jamás volveremos a ser quiénes éramos.
El segundo LP de American Football te jala de una forma sumamente íntima a ese tipo de sensaciones. Tiene mucho sentido si consideras que fue lanzado 17 años después del primer disco. La historia de esta banda es única en ese aspecto. Grabaron el primer LP justo antes de terminar la universidad sabiendo que se disolverían después de lanzarlo, una vez que todos se graduaran y mudaran a distintas ciudades.
Polyvinyl, la misma disquera responsable por este lanzamiento, editó el primer LP de todas formas y pronto se convirtió en un clásico de culto. Frecuentemente es llamado uno de los álbumes de “emo” más influyentes para el género. Mientras los integrantes solo siguieron con sus vidas, formando familias, haciendo posgrados y teniendo trabajos de oficina. Mike Kinsella (voz y guitarra) fue el único que siguió con bandas y haciendo música en solitario. El baterista Steve Lamos es Doctor en Historia y aparte toca la trompeta.
Fue hasta 2014 que decidieron juntarse de nuevo para un par de conciertos (este está increíble) y entonces hacer un nuevo disco fue el paso natural. Solo porque, como la banda afirma, “estábamos aburridos de tocar las mismas canciones en vivo.”
No me imagino lo difícil que debe ser hacer un disco después de 17 años. Mucho como en esas reuniones con amigos que ya no ves, encontrar la forma de no anclarse solo en conversaciones de “te acuerdas cuando…” y verdaderamente hacer una nueva iteración de esa química que tenían es un reto constante.
A mi parecer, en LP2 lo logran de una forma sumamente natural. No se dejan llevar por hacer una réplica exacta de su viejo sonido, pero tampoco divergen demasiado por las nuevas corrientes de música que seguro los han influenciado durante las casi dos décadas. En LP2, American Football se siente como una banda diferente pero más madura. Las letras de Kinsella reflejan todavía un alma atormentada y ansiosa pero con una perspectiva mucho más añeja y cultivada. El resultado es una sola presencia vocal mucho más fuerte en el grupo. Algo que no estaba ahí en LP1.
Añadiendo a eso una producción mucho más refinada (probablemente debido al acceso a más fondos que la primera vez) este disco es un deleite sonoro y emocional. Muy adecuado para manejar en estas noches gélidas, ya sea sólo o con amigos muy cercanos, ambos eternamente cambiantes.