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El Genio Equivocado / 2021
Algora sigue siendo un secreto en la escena independiente española, pero seguramente algunos de ustedes lo lleguen a identificar más por sus incursiones como letrista en los temas de La Prohibida, y recordarán lo exacto que resulta cuando se trata de combinar, mensaje, letras y melodías pop. Ahora regresa con un nuevo disco, de carácter casi conceptual: Un joven que poco a poco va descubriendo que nació para perder, obligado a ser un ciudadano de segunda clase por una sociedad que juzga y castiga lo diferente. Pódium es su más reciente placa, un disco que aborda la búsqueda de identidad (tema que nunca pasa de moda) pero con claras reminiscencias al pasado.
Bajo la producción del propio cantautor, el disco inicia con “Días de Nieve” que relata a un joven pidiendo que el clima se ponga de su lado para que no tenga que asistir al colegio, con un piano siempre presente, la balada navega entre el pop de los 70 que lo mismo enternece y conmueve. El track que le sigue parece indicar que hay ciertos saltos cronológicos, en “Luna de Cazador” habla de una persecución mayor, pero en una etapa de la vida distinta a aquellos que solo desean amar.
Tras dos temas oscuros llega el sencillo “Medalla de Oro” que navega en la misma bandera de la melancolía pero al ritmo del baile, desde una relación en la que uno de los dos es el “trofeo” del otro. Es así como entre cada tema hay un mensaje claro de lucha contra uno mismo y el sistema como en “Los Amantes de Magritte” que habla del closet como refugio. Es así como continúan los relatos escalofriantes de la lucha por vivir (“Liebre”) una pareja que busca un momento de paz mientras se prepara para luchar contra la sociedad (“Polvo”).
Uno de los mejores temas del disco llega con "Kreuzberg Blues", una canción de desamor por el que cualquiera que desconozca al cantante, o que no sienta identificado con la temática abiertamente diversa del disco podría empezar; una base electrónica que parece ir creciendo pero que mantiene el pulso durante el coro para crear algo que, con un remix podría ser cantando por Fangoria.
El disco cierra con dos piezas para la pista de baile “La Destrucción del Mundo” y el tema que da nombre al disco, ambas entrelazadas por sus títulos. La primera es un relato ciberpunk de venganza que bebe del pop de los años 80 y el italodisco. Pero es en “Pódium” dónde nuestro personaje se acepta, determina que ha nacido para no triunfar, pero no por ello va a dejar que la historia se repita, entre un paisaje casi apocalíptico Algora cierra un disco, crudo, sincero y al mismo tiempo netamente pop.
Es probable que la temática sea tan incómoda que este material se quede a futuro en el circuito de culto, pero es la misma sociedad la que ha determinado que pocos son los que están destinados a fracasar y tal vez para ellos es este material.