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Domino / 2022
Con una sociedad que encuentra un nuevo “gran autor de la música” cada año, es difícil mantener en nuestras mentes a la enorme cantidad de compositores que han dejado huella en nuestras bocinas (o dispositivos según sea el lugar de escucha) en la última década. Alex G está consciente del peso que carga gracias a la crítica y al público que lo mantiene con los brazos abiertos. Tal vez es por ello que, resulta curioso que God Save The Animals, su nuevo trabajo versa sobre la fe. No una que está íntimamente ligada al espectro religioso, si no a una forma de pensamiento colectivo para empoderar a las personas y tal vez, sin querer, para empoderar a su mismo creador.
El disco continua con los experimentos sonoros del cantante, pero esta vez el trabajo tiene (sin que eso fuera el propósito) un nuevo giro sonoro, íntimamente ligado a la forma en la que se grabó. Este disco se compuso a inicios de pandemia y se grabó durante ella, en los estudios que el autor fue encontrando a las afueras de su ciudad, ahí tuvo la oportunidad de aprovechar todo el equipo a su alcance y de instrumentos que por mucho que esten dentro de un software no tienen la misma calidad de sonido que cuando son grabados.
Las canciones conforman momentos de tensión, algunos más evidentes que otros. En “After All” versa sobre la soledad que uno encuentra con propios y extraños, pero que se reconforta en un “ser superior”, mientras el sonido mezcla voz e instrumentos de una manera muy lo-fi. Por otra parte en "Runner" se perciben un acompañamiento muy cercano a la canción de autor mientras la persona que canta, habla de alguien que no lo juzga nunca por lo que dice, si no directamente por sus acciones.
Así el trabajo navega entre la debacle mental de alguien que ha visto su vida pasar y no sabe si hizo bien o mal ("Mission") o referencias bíblicas para hablar del sacrificio de amar en "Cross The Sea". El mejor track de este álbum es "Blessing"; empezando por el puente sonoro que da entrada/salida/entrada a un monologo breve, silencioso, casi susurrado sobre “salir del fango y agradecer que es un nuevo día”, es un tema tan bien logrado en cuanto a su construcción, que engloba a la perfección el concepto del disco, es el soundtrack para el día después de cualquier apocalipsis personal. Música para acompañar cualquier momento de tensión, y como la vida real, ningún momento bueno o malo dura para siempre, en cuanto el escucha está inmerso en tal ambiente, la canción ha terminado.
Acompañando en algunas sutiles pero contundentes participaciones, se encuentra Molly Garmer, quien aporta voz y cuerdas, la primera con una voz que sostiene las sutiles acrobacias vocales de su anfitrión y la segunda una base fija para los experimentos sonoros del cantante que le a dado un toque fantasioso a este disco.
Alex Giannascoli no es un hombre religioso, no creció bajo ningún credo o mandato en específico, y sin embargo pensó que era interesante explorar el tema de la fe. En la actualidad la gente, tuvo que creer que había algo más para salir de una situación que para muchos se salió de las manos. Alex no tiene respuestas, tampoco tiene preguntas, es más un artífice de crear el ambiente y escenario para que tú (con toda la experiencia propia) acompañes tu misión personal. Dios salve a los animales y por qué no, con esta música también merece una oportunidad el ser humano.