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El festival a cargo de la banda de heavy metal Slipknot, el Knotfest no solo tocó por primera vez tierras australianas, sino que se detuvo, cuando uno de sus fanáticos decidió escalar las torres de sus altavoces para obtener una mejor vista de uno de los eventos más esperados por los amantes del metal.
Con entradas agotadas, riffs asesinos y directo del infierno el Konotfest reunió a más de 100 mil asistentes en un evento cargado por una oleada de adrenalina en el Hipódromo de Flemington, esto en la capital costera del país australiano, Melbourne para así dar la bienvenida a bandas como Melevolence, Bad Omens, Void of Vision y más.
Fue durante la presentación de la banda a cargo de Corey Taylor, que uno de los asistentes decidió domar a los altavoces para así escuchar parte del setlist preparado por Slipknot, sin embargo, sería durante “The Heretic Anthem” que los organizadores del evento ordenaron al fanático bajar de la torre para poder continuar con la presentación de los de Iowa.
Hola, Knotfest, detuvimos el programa porque hay gente en el aire. Cualquiera que esté en la torre necesita bajar o el espectáculo no se reanudará hasta que esté abajo”.
Siguiendo los pasos de este primer asistente, otro de los metaleros en el evento decidió seguir sus pasos para el segundo set de Slipknot dentro del festival, ante los hechos el vocalista de la banda no tardó en elogiar a estos fans que, al parecer, están dispuestos a todo con tal de disfrutar de una explosión idolatrada para el asesino de la industria (“an idolized bang for the industry killer”).
¡No puedo llevarlos a ningún lado, hijo de puta, Jesucristo! Te hizo subir a la mierda, saltar de la mierda, rodar sobre la mierda, ¿qué diablos? Está bien, no puedo seguir enojado contigo. Este es, por mucho, uno de mis jodidos países favoritos en todo el jodido mundo. Quiero decir que ustedes nos ayudaron a ponernos donde estamos y nunca lo hemos olvidado, maldita sea, muchas gracias”.
Buscando hacer del Knotfest una experiencia espiritual e inmersiva, su debut en Australia queda marcado por algo más que las explosiones de sus sonidos.