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El video de “Hood” no llega a los dos minutos (1:59) pero es absolutamente conmovedor. Un tipo flacucho es abrazado y protegido por otro, musculoso y barbado. El débil es casi adolescente -o lo parece-. Su acompañante es tierno en sus maneras. Sólo llevan calzones y en una parte el fuerte peina y pinta los labios del flacucho con un billet rojo. Al final el pretexto es una fotografía. Ya se dijo, todo pasa en menos de 120 segundos y de fondo lleva una canción marcada por el piano y una letra triste… muy triste.
“Hood” habla del dolor y no tiene un videoclip especialmente escandaloso; no hay sexo, no hay violencia. Pero de entrada Youtube no lo recibió de buena gana (alegando que era inseguro para la familia). Quizá pudo más que el hombre rudo es Arpad Miklos, un actor de porno gay. El joven y flaco se llama Mike Hadreas, el cuerpo del que surge Perfume Genius, el proyecto musical que fue vetado temporalmente (ya puede verse sin problema).
La verdad es que Put Your Back N 2 It (Matador, 2012), su segundo disco de estudio, no merece hacerse famoso por un pleito de internet que luego saltó a los medios. No es un álbum que suba la voz, ni que busque el escándalo. Todo lo contrario es un murmullo lleno de frases que lamentan la falta de buena fortuna, que desprecian la vida pero la enfrentan con una minúscula porción de esperanza. Esta iniciativa unipersonal es el vehículo mediante el cual su creador consigue escapar temporalmente de sus demonios. Así lo consiguió con Learning (Matador, 2010), que lo mantuvo ocupado laboralmente, con distancia de sus instintos autodestructivos y su adicción al alcohol y otras drogas. Mike tiene que tomar la vida como un entrar y salir. Va de Nueva York a Seattle, del bullicio a la calma, buscando un espacio para componer canciones frágiles y hermosas.
Para su segundo disco ya no repasa por lo que ha pasado (la típica historia de abuso infantil). Hace del presente su materia de trabajo y trata de auscultar las relaciones humanas. De allí surge “Hood” y su lapidaria aseveración: “No me llamarías cariño si me conocieras de verdad”. Afuera las apariencias y venga un poco de sinceridad. Aunque duela.
Pero tampoco se trata de que Perfume Genius valga porque se sume al clan de artistas gays. Lo suyo es completamente humano. Una paleta de sentimientos y sensaciones que nos implica a todos. No es viable ponerle género al arte. Mike se planta delante de su piano, no necesita más. Toca y canta, apenas modificando las versiones durante el proceso de acabado, donde les agrega secuencias o una guitarra acústica y unas tímidas bases rítmicas.
Y es que no sólo “Hood” es llegadora –casi todo el álbum lo es-, pero resulta muy especial “Dark Parts” que dedica a su madre, ya que ella le preguntaba porque él no podía hacer algo “bonito” –según los preceptos maternos-. En el tema que ha resultado de aquel cuestionamiento se incluye una frase que estremece: “I will take the dark parts of your heart into my heart”.
Una vez que le ha arrojado la bolita a su progenitora, se concentra en sus obsesiones: el suicidio en “17” y el cine porno; “Awol Marine” alude a un filme de bajísimo presupuesto en que la tercia de protagonistas se cuenta sin reparos su vida –real- antes de pasar a la acción. El más viejo de ellos apunta que hará la escena porque necesita el dinero para pagar el tratamiento médico de su mujer.
Aunque no sólo se inspira en asuntos algo soeces, por ejemplo, toma “Dirge, un poema de Edna St. Millay Vincent, y le da un tratamiento, siempre en diálogo con su piano, instrumento que toca con suficiencia desde los siete años. Lo más obvio es acercarlo a lo que hacen Antony and the Johnsons y Rufus Wainwright. Es difícil evitar las comparaciones, pero también comparte estética con el Seven swans (2004) de Sufjan Stevens.
Acá no hay temas que estén de más –todo es nervio-; como el tema que da título al álbum, en la que Mike hace un dueto con su novio Allan; junto a “Take me Home” donde suelta otra joya poética: “Be like a shadow of a shadow of shadow for you”.
Put Your Back N 2 It se conforma de 12 canciones y apenas llega a los 30 minutos, pero no se guarda nada –se siente inagotable-. Rebosa de tragedia y belleza. Cierto, es flagelante pero seductor. Perfume Genius hace un segundo disco muy superior a su debut. No repite ni cambia radicalmente; se queda con lo que funciona y se exige como compositor, mientas el ser humano detrás de todo alcanza a vislumbrar las posibilidades del perdón. Un poco de redención no cae mal entre tanto sentimiento de culpa.