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Con un acceso apretado por la vendimia, seguridad pública, reventa y el mismo público, cercanas las nueve de la noche ingresé emocionada a El Plaza. Todos ya tenían puestos sus lentes 3D para vivir esta experiencia, tomé los míos de la mano de un "lobito". Envueltos en un sobre de buen papel con la imagen de Kraftwerk, también tenían serigrafía. ¡Qué emoción POR FIN ver este tan sonado show!
Ya con los lentes bien puestos, dentro del recinto se veía la pantalla roja con las siluetas pixeleadas de los integrantes. Un lleno total y esta vez, a mi perspectiva, con un público más conocedor del que normalmente asiste a los conciertos de moda.
Con sus trajes de textura wire print, 15 minutos después de las nueve ingresaron los cuatro personajes para iniciar el show con "The Robots". La gente ovacionó su llegada mientras las imágenes de aquellos robots emblemáticos se movían al ritmo del beat que marcaba la voz de Ralf Hütter: We-are-the-robots; una gran apertura de estos maestros de la música electrónica que puso la piel chinita.
Entre la multitud se veían un par de aficionados que llevaban puesta una camisa roja y corbata negra. La noche continuó con joyas como "Metropoli", "Computer Love", "The Man Machine" y sin mencionar a nuestro país, la animación de "Spacelab" dejó a la vista México (el país ubicado en el globo) desde la perspectiva de alguna cabina espacial, lo cual prendió mucho a la gente.
Fue curioso escuchar el ánimo del público en varias ocasiones cuando el efecto 3D hacía sentir la cercanía de algún objeto, por ejemplo, cuando una nave espacial salió de la pantalla y algunos chistosos intentaron tocarla con las manos. El detalle de Kraftwerk al público mexicano fue cuando ésta aterrizó en las mismísimas pirámides de Teotihuacan.
Hubo más de un momento de emoción, como cuando todo el público coreó, o por lo menos tarareó, "Das Model", o con "Neon Lights", canción que provoca nostalgia por esa fascinación tecnológica de décadas pasadas que, por obvias razones, hemos perdido en el camino. Kraftwerk tiene el neón, los cables y el futuro que ya está aquí.
Le siguieron "Autobahn", "Tour De France 1983", "Trans-Europe Express", "Music Non Stop". Tenía mis dudas sobre si merecían el venue en el que se presentaron pero al ver encendidas las luces de los costados (que tienen una estética muy particular) además de a la banda, el resultado visual era excelente.
Noté que algunos no estaban tan familiarizados con Kraftwerk pero quedaban hipnotizados con todas las animaciones. En algún momento del encore, en el que hubo tres rolas: "Aéro Dynamik", "Expo 2000" y "Planet of Visions", un tipo le preguntó a su amigo que por qué estaba tan clavado, a lo que le respondió "sí, ya estaba en Germany, wey". Por lo menos este chico estaba apreciando, no como lo que sucede últimamente con algunos perdidos en los conciertos que no tienen ni idea de lo que están viendo y sólo se la pasan platicando. Pero independientemente de la gente, ¡qué fregón estuvo!