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El pasado 20 de abril, El Imperial Club fue el escenario de un concierto con el que muchos quedaron contentos. El opening estuvo a cargo Time Machine y Baby K, quienes no incurrieron en el error de querer llamar demasiado la atención y tampoco aburrieron, sino que se dedicaron a levantar los ánimos de la gente preparando el terreno para el alemán Justus Köhncke. La cercanía de la gente con el escenario permitió una convivencia feliz del público con el DJ, quienes llegaron a prenderle sus cigarrillos, a mandarle besos y a sacarle fotografías con muy poca distancia entre lente y Köhncke. Parte live act, parte DJ set, Justus demostró tener mucho oficio, pasando de lo más atonal, muy a los franchutes Ed Banger, al house más bailable y fashionista con la difícil facilidad que su género exige.
Su acto duró unas buenas tres horas en las que abundaron los momentos en el que el público unánimemente bailó, así como también en los que todos lo escuchaban con mucha atención. Definitivamente, es alguien digno de volverse a ver, y es muy probable un tercer regreso a nuestro país. Se le notó muy contento con el público mexicano.
(Mínimo paréntesis: Definitivamente, fue un poco cruel que subiera alguien que a todas luces es un iniciado en los escenarios tras haber visto a alguien como Justus, pero el joven Nathan E, quien complementaba el cartel, no es alguien que pasó del todo desapercibido para quienes se quedaron a escucharlo. En su dj set elaboró estructuras semejantes a las de Errorsmith y mezcló a grupos tan viejos como Liaisons Dangereuses. Será muy interesante ir conociendo sus avances futuros: tiene vistas de evolucionar).