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Christian
Mendoza
Grizzly Bear es una banda que ha cambiado su sonido disco tras disco. Horn of Plenty, su primera placa, se sostuvo en una producción lo-fi y en una temática confesional. Por su lado, Yellow House apostó por una orquestación atmosférica, arreglada por Owen Pallett, mientras que Veckatimest y Shields un ánimo más centrado en las canciones que puedan ser reconocibles, aunque sin perder la complejidad compositiva que ha caracterizado a esta agrupación: producción sencilla y altos niveles de sofisticación quedan unidos en sus dos últimas producciones. En 12 años de una carrera aclamada por la crítica especializada, Grizzly Bear ha permanecido al margen de las ansiedades del mercado, construyendo una discografía coherente que adquiere relevancia frente al reciclaje de sonidos o al éxito mediático de bandas cuya propuesta termina en el número de reproducciones que tengan en la radio.
1: Chris Bear had a beautiful baby 2: We are starting to record the new album next month with tons of songs! 3: we playing a Bernie Rally
— Grizzly Bear (@grizzlybear) April 13, 2016
Thanks so much to all of you all that still care! We are ready to unleash a fresh album and hopefully under a fresh government! Love! ❤️❤️❤️
— Grizzly Bear (@grizzlybear) April 13, 2016
I just want you to know, politics aside , we are all super excited to record this new album next month. We feel great about it, and excited
— Grizzly Bear (@grizzlybear) April 13, 2016
Cuatro años median entre Shields y lo que será su nuevo disco. Conociendo la manera de componer y de producir de Grizzly Bear, podemos especular que será una placa cuidada, honesta y exigente.