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Sintetizador y batería; una pared de atmósferas oscuras y palabras en búsqueda de introspección. Robert Alfons es la mente detrás de Trust, un proyecto señalado como darkwave pero entendido por su carismático creador como algo más cercano al pop.
En un principio, Trust se entendía como un dúo creativo en el que acompañado por la batería de Maya Postepski, Rob generaba paisajes de espesor electrónico muy a la Cocteau Twins o Recoil, (o Zola Jesus y Soft Metals para aquellos más jóvenes), pero tras su primer LP, TRST (2012), Maya dejó atrás el proyecto para revelar o explicar quién era el único regente en Trust para el segundo LP, Joyland.
“Maya siempre fue muy clara con sus propias metas y su proyecto en solitario siempre fue primero que Trust. Cuando se sumó a esto fue de manera natural y muy comprometida, pero ahora se concentra en sus propios lanzamientos; no es como si nos hubiéramos peleado. No descarto que regrese en una grabación futura o álbum venidero” comentó Rob con la voz más suave y amigable del mundo.
El proyecto ya va para siete años de haber sido engendrado y acogido por escuchas de varias partes del mundo. Curiosamente, sus primeros sencillos fueron lanzados por la disquera neoyorquina Sacred Bones, asociada más con bandas fuera del circuito comercial como Cult of Youth, Pharmakon y hasta David Lynch. Posteriormente, un LP debut y ahora un segundo material vieron la luz bajo el sello canadiense Arts & Crafts.
“Sacred Bones es una maravillosa disquera pero A&C es más grande, tengo mayor difusión y apoyo. La disquera y el proyecto viven de manera sana ya que concibo a Trust como música pop; uno mucho más complejo y valioso que el resto de la oferta, claro está” dijo el nativo de Winnipeg.
Sentado frente a su teclado grabando voces y sonidos, Rob considera a sus cuerdas vocales como su principal instrumento musical; más allá de valerse de un complejo sistema de teclados o percusiones, es su propia búsqueda de transmitir emociones. Rob figura en páginas de revistas de moda; es esbelto, guapo y de muy bien vestir, pero más allá de un icono pop alternativo, quiere dejar huella con melodías que envuelvan a la gente como a él en algún momento lo atrapó otra. Su meta es crear música relevante.
“Aún soy capaz de ser sorprendido e hipnotizado por música nueva, hay muchas cosas interesantes que colindan no sólo en disqueras sino en festivales y circuitos musicales. Vengo de Canadá y aquí la música electrónica por muy oscura o accesible, aún permanece relativamente subterránea. Los clubes no tienen mucho interés por este tipo de proyectos a comparación de Europa donde la acogida es inmediata. La electrónica está aún lejos de ser el género dominante en la industria” aseguró el músico.
Trust es un proyecto que pertenece a una exquisitez electrónica que demanda la apreciación atenta del escucha, aunque, basándose en lentos pero aún bailables ritmos, ya sean de un teclado digital o una batería, invitan al baile en la oscuridad.
“Joyland es un álbum mucho menos oscuro que el anterior, pero aún es muy emocional para mi. En vivo me gustan mucho los visuales y cada que me es posible proyecto algo que complemente el panorama, que transporte a la audiencia fuera de sí misma” concluyó Robert.