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Hay veces que es mejor dejar que las cosas se cocinen a fuego lento, esto además de que alarga el proceso de creación que nos permite contemplar cada etapa, también da la posibilidad de corregir algo a tiempo y si es necesario hacer cambios para obtener un mejor resultado.
Eso sucedió con Jefes del Desierto, banda que tiene sus orígenes en el lejano 2007 cuando Joma Trespalacios y Daniel Peña, comenzaron a darle vida a las primeras composiciones de la banda, pero por diferentes situaciones se quedaron guardadas.
“Esta banda inició como muchas. Tocar puertas, ensayar, pero no fue sino hasta que se integraron Gus Saturday y Paulina Sotomayor que todo comenzó a agarrar la fuerza y dirección que esperabamos. Posteriormente Gogo Samago llegó a nosotros para cerrar definitivamente la alineación” dice Joma Trespalacios en entrevista para Indie Rocks!
Lo curioso de la historia es que todo se dio dentro de una casa en la que llegaron a vivir todos los integrantes, la cual se ubicaba en el Desierto de los Leones. Verse las mañanas o las noches, compartir un techo y un par de momentos, influyó directamente en el nombre que los identifica hasta ahora.
“Además de compartir el gusto por la música, también compartimos absolutamente todo, incluso los créditos de las canciones, al momento de registrarlas todos firmamos como autores, cosa que no se da en todas las bandas”, añadió Joma.
Si tuviéramos que decir un género musical, se puede decir que se escucha una gran influencia del folk en su estado más puro, pero en realidad su álbum debut, Amantes de las Áridas Soledades, es un barril sin fondo que en su interior contiene muchas sorpresas; es de mencionar que tratándose de un proyecto nuevo, mucha gente se sumó para impulsar su debut, entre ellos David López Boyer de Beat Buffet, José Rojas de Maria Love y Christian Jean de Reyno, que se encargó de la producción.
“Nosotros decimos que fue una producción nómada, y es que las canciones las grabamos en diferentes lugares como Tequisquiapan, San Bartolo, San Mateo y Santa Rosa”, externó Paulina Sotomayor, que también añade a la conversación que como último toque, la masterización de su material se hizo en Canadá.
Para muchas personas la música de Jefes del Desierto puede ser muy simple, pero la verdad es que nunca te esperas escuchar en sus canciones inesperados elementos que son pocos los que se aventurarn a grabar y procesar para integrar a sus melodías, tales como el sonido que produce el frotamiento de unos calcetines, el sonido de las hojas de los árbolas y hasta las garras de un perro rasguñando el suelo.
“Recuerdo que una vez los vecinos se nos quedaron viendo como si estuviéramos locos porque de la casa comenzamos a sacar cables y cables para grabar el ruido que provocaban las hojas de un árbol. Estabamos decididisos a capturar ese sonido tan particular”, concluyó Gus.
A diferencia de su disco, Jefes del Desierto no son nada secos, al contrario son cinco personas muy divertidas, comprometidas y con muchas ganas de continuar su andar por los escenarios, además de estar siempre en la búsqueda constante de los personajes que serán los protagonistas de sus próximas canciones, que pueden llegar a ser simples y entretenidas pero con un gran sentimiento campirano que te hará mover la cabeza, cadera y todo el cuerpo, porque nunca sabes que vas a poder encontrar en sus composiciones, de la misma forma como ocurre en el desierto con sus maravillas escondidas entre toneladas de arena.