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Veía a una banda de rock psicodélico. Miraba el celular, mandaba un mensaje y lo guardaba, daba un trago a su cerveza. Levantaba la mirada, la banda seguía tocando. Sacaba de nuevo el celular, tomaba una foto y la publicaba en Facebook, volvía a guardar el celular. Movía la cabeza al ritmo suave de las guitarras que de pronto eran interrumpidas por algún requinto. Daba otro trago a su cerveza. Tomaba el celular, lo desbloqueaba, grababa un video, lo veía para confirmar que la grabación estuviera correcta, sin movimientos bruscos o sin el pulgar atravesando la pantalla, la banda seguía tocando. El espacio era un foro al aire libre que se había convertido en un ambiente de escape de la realidad, una alteración que provenía de la música, pero también de un ambiente de distracción y entretenimiento. Sacó el celular una vez más y se tomó una selfie, la observó con detalle, no le gustó y repitió la toma. La subió a Instagram. Bailaba y se movía con la música mientras esperaba que comentaran su foto.
Como dicta el guión la banda nacida en San Francisco, California, en donde el género tuvo mayor auge en la década de los sesenta, Wooden Shjips crea un rock psicodélico que colinda con lo espacial, entre lo suave y lo rítmico, con algunos requintos alucinantes. Su nuevo álbum, V. invadirá el Deportivo Lomas Altas el próximo 6 de octubre, porque ellos integran parte de la resistencia que es el festival HIPNOSIS, una resistencia contra el sistema, contra la estructura comercial, contra el pop (sin que ello implique una especie de superioridad, sino una alternativa). El rock psicodélico –a excepción de algunos exponentes como Tame Impala– y el garage son quizás un sector olvidado del panorama actual que ha abrazado “lo normal” y “dominante” sin oponerse demasiado, y lo ha integrado a la vida cotidiana.
Indie Rocks! conversó con Nash Whalen (órgano) acerca de V., del entorno político, de la forma en que se disfruta la música actualmente y si eso afecta la manera en que la banda compone música. “Cuando damos un concierto veo a las personas hablando, mandando mensajes, publicando en redes sociales para sus amigos, pero creo que ellos lo disfrutan (el show) a su manera, no los voy a criticar, pero no es como a mí me gusta disfrutar la música, a veces veo a un montón de gente mirando sus pantallas, ya me acostumbré, no me distrae. Una vez tocamos en Alemania y nadie tenía un celular en la mano, había mucho humo de cigarro, estaba más oscuro de lo normal y casi no veías a nadie, me dije ‘esto es como solía ser, pero ya no lo es más’. La gente ahora lo disfruta de otra forma, por ejemplo, pueden estar bailando y sintiendo la música sin necesidad de estarnos viendo tocar”.
Se terminó el concierto, salió del lugar, pidió un taxi con su celular, mientras llegaba buscó algunas de las canciones que acababa de escuchar. Saltaba de una en otra. No recordaba cuál le había emocionado más. Tal vez la había grabado, buscó los videos que que había compartido, la encontró, volvió a verla y vio que tenía diez “me gusta”.
Nash Whalen junto con Erik “Ripley” Johnson (también parte de Moon Duo), Dusty Jermier y Omar Ahsanuddin forma parte de este cuarteto que no se ha visto, asegura, marcado por las nuevas formas de disfrute musical. “Crecimos escuchando discos completos. Ahora la gente escucha una canción, la escuchan una y otra vez, o algunas veces solo escuchan diez segundos y cambian a la siguiente, como lo disfruten es decisión de ellos, pero nosotros estamos presentando nuestra visión, hacemos discos atemporales, queremos que no se sepa a qué época pertenecen, puede ser a los sesenta, a los setenta o a esta época, estamos usando el formato clásico como modelo para presentar nuestra música”.
V. se grabó en el verano de 2017 tiene un nombre significativo. “la V en números romanos es el número cinco y al mismo tiempo es el símbolo de la paz, tiene múltiples interpretaciones”, sostiene Whalen. La portada es de un alucinante colorido, un entorno que se asemeja a un bosque tropical con una mano de roca formando la V con los dedos índice y medio. Mientras el mundo se vuelve loco, ellos mantienen un mensaje de paz. “De cierto modo es como decirle a la gente que se relaje, que se distraiga y escape del mundo, no siento que nuestra música sea especialmente política, pero nuestra existencia sí lo es, mandamos un mensaje positivo para la gente, pero al final, es la interpretación de cada quien. Estamos creando la vibra de los sesenta, esa energía, ese espacio”.
Wooden Shjips se formó en 2006 y desde entonces ha publicado el homónimo debut, Dos, West, Back to Land y ahora V., su manifiesto de drone rock que ellos llaman música suave es agradable y muy cadente. “Cada vez que tocamos en vivo improvisamos un poco, cuando vayamos a México habremos tocado durante un mes en Europa, así que imagino que para entonces las canciones ya habrán evolucionado de una manera diferente a como están ahora. Si intentáramos tocar de la misma manera cada noche, tendríamos buenas noches y malas noches.
Mientras llegaba a su casa publicaba en tuiter lo increíble que estuvo el show, los momentos más agradables, lo que no le gustó del ambiente, algunos inconvenientes en la organización e interactuaba con otros asistentes. Entró a su cuarto, se recostó en la cama y recibió un mensaje de su hermano, “¿qué tal estuvo el concierto?”. Sólo respondió: "👍…"
Indie Rocks!: ¿Cómo definirías Wooden Shjips?
Nash Whale: una vez un fan se acercó y nos dijo que nuestra música es techno para la gente que le gusta The Features. Creo que eso nos define.