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Goldfrapp: del glitter al claroscuro

Goldfrapp: del glitter al claroscuro

23/Dic/2013

Alison Goldfrapp puso su colección de atuendos extravagantes a dormir. Parsimoniosa, salió a buscar una mansión abandonada para filmar el video de "Drew", una de las piezas de su nuevo disco, Tales Of Us. “Esta vez nos vamos a tomar nuestro tiempo”, decidió junto con Will Gregory tras la presión insoportable que EMI puso sobre el grupo para que liberara Head First (2010). “Creamos el nuevo álbum en la campiña inglesa, donde hicimos los anteriores. Escribimos toda la música juntos en nuestro estudio tras dos años, durante los cuales publicamos The Singles e hicimos una gira por Sudamérica", comentó en entrevista para Indie Rocks!

Retomando el drama de Felt Mountain (2000) y el lirismo de Seventh Tree (2008), Tales Of Us sorbe inspiración de David Lynch, Ingmar Bergman y la literatura de Dorothy B. Hughes, Patricia Highsmith o, incluso, cartas de amor online.

La luz sobre Goldfrapp y su público no es, por ahora, la que refleja una bola disco, sino un juego de sombras que busca ofrecer una salida: "(durante la creación de Tales Of Us) me volví un poco loca viendo filmes y leyendo. Amo esa total inmersión en otro mundo y perderme en sus personajes; eso es lo que quise hacer con estas canciones: que ustedes sintieran que entraban a los mundos de esas personas por un momento. Me encanta escapar, mediante el cine o la literatura, de la vida diaria, que encuentro bastante problemática". The Summer Book de Tove Jansson, lo que leía cuando la entrevistamos.

Miedo a la banalidad

En la colección de diez historias, nueve tienen nombres de personas a excepción de “Stranger”, cuyas cuerdas son las que más acentúan el leitmotiv a la Film Noir.

Desde el vapor que cubre como velo la ciudad en “Jo”, hasta el lago del que obtendrás todas las respuestas de “Ulla”, o la lluvia como pequeños cuchillos y la luna hambrienta de “Thea”, Tales Of Us busca capturar la sensación de que algo va a pasar, como sucede en los libros en que se basa el cine negro: “…hay un miedo psicológico que los recorre. Amenazador pero romántico a la vez”.

Annabel” fue compuesta con base en el libro homónimo de Kathleen Winter sobre un infante que nace intersexual. Es, por otro lado, contada visualmente por Lisa Gunning, pareja de Alison, con quien grabó otros cuatro cortos, correspondientes a canciones de dicho álbum, “Drew” entre ellas. “A veces no es la mejor idea trabajar con tu pareja, pero en este caso quisimos hacerlo y fue una experiencia maravillosa: la música es muy visual para mí, no sé cómo explicarlo […] Quise que cada canción se sintiera como un pequeño filme”.

“Clay” se basa, de hecho, en la historia real sobre el amor entre dos soldados de la Segunda Guerra Mundial, originalmente expuesta en Letters of Note. “Uno de ellos muere en batalla y su amor nunca se consuma. La carta fue escrita en el aniversario luctuoso, y me conmovió tanto que dio origen a una canción”.

El giro creativo se antoja radical pero, como aludimos, no es inédito; Goldfrapp goza ya de la fama de ser dos caras de una misma moneda: una más orquestal, pastoral, como la llama ella; otra más sintetizada y comercial. Ambas parecen combatir su mayor miedo: “le temo a la banalidad y a que el mundo se vuelva completamente homogéneo”.

En este espíritu, Alison busca diversidad: “Siento aceptar que no conozco nada de música mexicana y me encantaría; por favor ¡recomiéndenme algo!”. ¿Alguien?