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Entrevista con Wolfmother

Entrevista con Wolfmother

La vuelta de la victoria.

Hace poco más de 10 años, cuando surgieron por vez primera con su EP homónimo, Wolfmother eran considerados una anomalía. El prospecto de un conjunto que prendía o “innovaba” gracias a su estilo contagioso de rock que escuchaban tus papás o tu hermano mayor era algo inusitado en ese entonces en medio de toda la escena llena de post-punk o dance que abundaba en las estaciones de radio y bares de moda. Hoy en día han surgido imitadores por doquier, capitalizando en el revivan del ruido lleno de riffs monstruosos, psicodelia y desenfado que los lobos australianos ayudaron a liberar. Después de tres discos, un desvío en solitario y varios cambios de alineación, Andrew Stockdale, líder y mente maestra del aspecto creativo de la banda, regresa con un cuarto LP, Victorious, que bien podría ser sinónimo de la frescura y energía conservada tras tanto tiempo.

“El título es más como una expresión, una emoción de estar viviendo la vida de forma feliz. Originalmente iba a tener otro título, pero a medida que se fueron dando las cosas en mi vida tuvo más sentido que se llamara así”, nos confesó Stockdale en entrevista telefónica. “Yo quería regresar a mi música, a mis raíces. Para eso tenía que salirme de mi zona de confort y abordar todo el espectro de géneros. Es decir, TODO. Tocar todas las guitarras, los bajos, las baterías. Por eso salió tan ecléctico y victorioso”.

Victorious, aunque considerado una conservación estética del glam y hard rock que los han caracterizado, también ofrece varias sorpresas en el camino, muchas de ellas más acústicas y musicalmente aventureras, distinto a todo lo anterior. Un ejemplo es “Pretty Peggy”, un tema que fue compuesto en tan solo una hora y trae tintes gospel. ‘Pretty Peggy’ es básicamente una historia de amor que yo mismo inventé para una chica imaginaria. Me puse a pensar qué era lo que las chicas quieren escuchar en una canción, el quedarse parado en la lluvia, etc. Uno siempre quiere que la otra persona tenga tu devoción incondicional y sentir un amor puro, pero sencillo. De ahí salió la inspiración y la compuse en menos de una hora”.

“Mi favorita del disco es ‘Gypsy Caravan'. Tiene un buen groove, me gustan los arreglos, las letras y también habla mucho de la felicidad y del momento. Siempre me da gusto cuando la toco en vivo, y también por eso el tour se llama así.”

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Un adjetivo que siempre precede a la música de Stockdale, sobre todo entre sus numerosos seguidores en nuestro país, es que es sexy. Esa sensación que tanto llenaba los himnos agresivos de bandas como Led Zeppelin, Foghat, Thin Lizzy y Blue Cheer en esas épocas siempre ha sido adaptado con una extrema atención al detalle y cariño por Stockdale, misma que ha permanecido intacta. "¿Mi música es sexy? [risas]. Siento que lo sexy de la música es cuando hay calor, bienestar y buenos sentimientos, además de las armonías y el acompañamiento. Cuando trasmites una fiesta o tu felicidad actual, eso es sexy”.

Sus prácticas improvisadas en el estudio –tanto a la hora de componer como de grabar– quizás sean poco ortodoxas para lo que se acostumbra hacer. Sin embargo, la espontaneidad para crear temas de rock sigue siendo tan obligatoria antes como ahora. “Realmente no pienso mucho en las letras al componer una canción. Ni siquiera agarro primero la guitarra cuando entro al estudio. Solo agarro el micrófono y empiezo a hacer sonidos. Sonidos que creo que embonan con una idea que tengo en la cabeza. Después lo grabo, le meto letras que surgen de manera muy inconsciente y creo los riffs. Tengo mucha facilidad para crear riffs”, admitió Stockdale.

No obstante, para la creación de Victorious sí tuvo que recurrir un poco a la disciplina y a un cambio de mares para no sonar tan acartonado y repetirse. Para ello, recurrió a la mano del mítico productor Brendan O’ Brien (Incubus, Pearl Jam). “Él no me conocía a mi ni yo a él”, relató Stockdale. “Yo tengo mi propio estudio de grabación, con 40 guitarras y 35 amplificadores. Decidí irme a California para probar algo diferente. Entré a su estudio, le di 18 demos y empezamos a grabar y a afinar detalles. Simplemente entraba, hacía riffs en la guitarra y arrasamos bien las canciones. A veces nos pasábamos varias horas, desde el amanecer hasta las 11 de la noche y seis, siete días a la semana”.

“Para hacer un disco tienes que ser muy consistente. Cuando tienes una banda y un estilo como el mío tienes siempre que entrar cada día al estudio con la mentalidad de patear traseros y trabajar, trabajar, trabajar. Es bueno descansar de vez en cuando, pero no perder el hilo de lo que vienes a hacer”.

Con su inminente visita a nuestro país, Stockdale admite que siente nervios y cariño por su retorno, ya que tiene gratos recuerdos de sus visitas anteriores. “México es uno de los pocos lugares en el mundo donde cantan los riffs. Ese país y Glasgow en Escocia. Siempre disfruto venir aquí, me causa un poco de escalofríos. Cuando cantan tus riffs es una sensación increíble. Cuando no, no pasa nada; no siempre subo al escenario esperando algo del público. Creo que es bueno tocar en vivo con ninguna expectativa”, musitó emocionado.,

Wolfmother se presentará el 20 de octubre en el Plaza Condesa.