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Natalie Mering, mejor conocida como Weyes Blood, llegó a CDMX para presentar su más reciente material And In The Darkness, Hearts Aglow (2022) en la última fecha de su In Holy Flux Tour, frente a un público que esperó por años la visita de la artista californiana a tierras mexicanas, y claro que se hicieron notar, ya que la audiencia inundó la pista del Auditorio BB para disfrutar de una noche mágica e inolvidable.
Unas horas antes de su presentación, tuvimos la oportunidad de entrar al camerino de Natalie para hablar sobre la evolución que ha disfrutado el álbum desde su lanzamiento, además de su misión como artista, el crecimiento que ha experimentado detrás de Weyes Blood y los cambios que ella haría para hacer del mundo un lugar mejor.
Cuando un álbum es lanzado al mercado, en espíritu, deja de ser del artista y se vuelve una pieza que pertenece a la audiencia que disfruta del trabajo que su músico favorito realizó durante todo el proceso de producción. El más reciente álbum de Weyes Blood ya tiene un año en el mercado, que son 365 días en los que el público ha disfrutado de la oportunidad de conectar con cada una de las palabras y acordes que Natalie preparó para todos. Después de hablar de lo buenas que son las fiesta en Tijuana, la artista comentó sobre su álbum:
“Ya tiene un año que salió, pero lo he sentido como más tiempo. Es increíble que durante los años de cuarentena sabía que tenía que hacer algo diferente, pero siempre tuve miedo de que la gente se durmiera con mi trabajo. Tomé muchas decisiones que llevaron al álbum hacia un final más artístico, y me siento bendecida de que la audiencia pudo conectar de una manera tan maravillosa”.
Cada álbum cuenta con sus desafíos y complicaciones, hay piezas que se construyen solas y otras que pareciera imposible de terminar. En el caso de And In The Darkness, Hearts Aglow, el sencillo que más se complicó para Natalie fue “Children of the Empire”, debido a los altos cambios de acordes que presenta y su estructura compleja. Pero también hay piezas que se terminan tan rápido, que pareciera que estaban destinadas a nacer. Para este álbum, esta pieza fue “God Turn Me Into a Flower”.
'God Turn Me into a Flower', fue el sencillo más ligero de crear y creo es mi favorito. Recuerdo que me estaba aferrando a la idea de hacer todo el disco muy complejo, pero cuando estaba escribiendo este track, me di cuenta que todo era muy simple y me encantó. Las cosas solo son como son, y yo amo escribir así”.
Justamente con este sencillo podemos comprender gran parte de la personalidad de Natalie, ya que expresa la alta magnitud que tienen sus emociones dentro de su personalidad, haciendo de ella una persona suave, pero que generalmente suele ser muy dura o crítica con su trabajo y logros.
Esa canción es como un golpe de realidad. Hay gente que es pisoteada solo por ser amable o más tranquilo de lo común. Eso es una costumbre de la vida, pero no es razón suficiente para querer cambiar y llevar tu personalidad hacia algo que se cuadre con lo que los demás quieren de ti”.
La vida de Natalie la ha llevado a través de diferentes facetas, pero lo que ella siempre hace evidente, es que desde el inicio se consideró una persona introspectiva y más del corte de una persona que no encajó con lo que la rodeaba en sus años de juventud. Pero ahora, no podemos negar el nivel de poder que tiene sobre un escenario, ya que sus conciertos se vuelven más una experiencia sensorial llena de luces y detalles que dejan a cualquiera de los asistentes maravillados.
“Yo siempre me proyecté sobre un escenario. Me encantaba todo el movimiento grunge y las bandas de rock, pero sabes, nunca esperé ser un acto solista, aunque tiene todo el sentido por las influencias que marcan mi trabajo.
La verdad, amo estar sobre un escenario y compartir mis emociones con el público, y si tuviera la oportunidad de decirle algo a la Natalie niña que se sentía tan sola, solo le diría: ‘practica más piano, cuidate y deja de compararte, que tú eres suficiente siendo solo Natalie’”
Algo que también debemos comprender del trabajo de Natalie, es que ella usa la posición que ha adquirido con el desarrollo de su carrera para establecer sus ideales y luchas en un gran número de sus canciones. Su activismo es algo evidente para los que siguen su trabajo y ella nunca dejará de difundir su mensaje en pro del mundo como un espacio de tolerancia y respeto.
Yo considero que quien está bajo los reflectores, tiene una gran responsabilidad. Y siempre que yo pueda tomar un micrófono para establecer al amor sobre cualquier situación de interés político, lo haré. Si pudiera cambiar la forma en la que se hace política, lo haría, pero aún no lo resuelvo”.
De esta manera terminamos una fugáz, pero enriquecedora plática con Natalie Mering, quien esa noche subió al escenario del Auditorio BB a hipnotizar a una audiencia que no dejó de corear ninguna palabra de sus canciones. Sin duda, una noche mágica.