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“No nos costó trabajo, a la gente sí. Nosotros nos sentíamos cómodos con lo que hacíamos”, Tomás Davó –miembro y fundador de NAAFI, colectivo de música electrónica que busca redefinir la fiesta y la escena club en nuestro país–.
Estas palabras hacen referencia al cambio de pensamiento en las nuevas generaciones a la hora de incluir todo tipo de géneros musicales en su vida, específicamente, sus fiestas. Antes, un rockero se unía con otros rockeros a beber caguamas y escuchar a sus bandas favoritas, y solo hasta que el alcohol los dejaba casi tumbados, admitían escuchar a Vicente Fernández. Hoy las cosas cambiaron, para empezar ya casi no existe tal cosa como un rockero. No, lo que une a los jóvenes hoy va más allá de un contexto musical. Las series, los gadgets, el cine, entre otras cosas, tomaron el lugar de la música a la hora de crear una conexión entre personas.
Entonces ¿qué fue de la fiesta?, pero sobre todo ¿qué fue del soundtrack de las pedas?, ¿cómo se arma una playlist en la “party” si ya a nadie le gusta el mismo género? Pues fácil: ahora se escucha todo y de todo. Rock y reggaetón conviven en un mismo espacio como hermanos de madres distintas. Justo de eso se trata NAAFI, de hacer fiesta y que esa sea un síntoma de inclusión. Nada está prohibido. ¿Quieres perrear? Adelante. ¿Bailar? Pues para eso está la música ¿o no? Quizás solo quieres un fondo para ligar pues, date.
“La fiesta siempre fue pensada como un lugar sin prejuicios en cuestión de géneros musicales y en un principio sí costó trabajo proponerle ese tipo de pista de baile a la gente. Hoy podemos decir que si vas a una de nuestras fiestas te vas a encontrar con que, justo, es un lugar donde se puede escuchar de todo”, explica Mexican Jihad, uno de los integrantes más importantes del colectivo.
"Ahora la gente va a escuchar de todo" - Mexican Jihad
“Me encanta que el público es muy abierto a los estilos que no conoce y trata de bailarlos y disfrutarlos. Y ya después decide si le gustó o no”, completó Tomás.
Algo que caracteriza al colectivo es la búsqueda de espacios, sin encasillarse en una sola zona de la ciudad. Para realizar una fiesta buscan dos cosas: oportunidad y comodidad.
“Hacemos fiestas en todos lados, sin importar la colonia. Se trata más bien de sentirnos cómodos. Ahorita estamos en un lugar en el Centro que nos gusta mucho. Y no, no se trata de salirnos o meternos a una zona en específico. Lugar que nos abra las puertas y nos sintamos a gusto, bienvenido”, comentó Tomás.
“Durante mucho tiempo hemos intentado que las fiestas sean en Zona Rosa porque es la colonia mejor equipada para la vida nocturna, tienes comida, taxis; pero no hemos encontrado un buen lugar ahí”, agregó Mexican Jihad.
Foto: Diego Mud
Si bien la fiesta es una parte primordial de NAAFI, no es su único punto de interés. A lo largo de su existencia se han acercado a otras expresiones artísticas, presentándose en museos y galerías, además de musicalizar performances. Esto se dio de manera muy natural, como explica Mexican Jihad.
“Creo que eso se dio de una manera muy orgánica. La fiesta siempre tuvo una presencia muy fuerte de estudiantes de arte y de otros miembros de la comunidad artística. Es común ver a pintores, galeristas e incluso personas que se dedican al performance. Esta gente de repente nos empezó a hacer invitaciones para formar parte de sus proyectos. Nos han invitado a tocar a la Galería Karimanzutto y tuvimos una residencia en el Museo Jumex”, agregó el productor.
Pero el interés de NAAFI por la cultura no para ahí: “Nosotros también, como oficina, tratamos de hacer proyectos con instituciones culturales, en parte porque nos permite acceder a presupuestos sin todo el problema que significa trabajar con otros tipos de patrocinios. Trabajar con dinero cultural te permite ser más libre”.
“Hay proyectos que sabemos que tienen el sponsor y tiene que venir de las instituciones de cultura, en específico, los que queremos hacer de investigación musical como: una serie junto al Centro de Cultura Digital, que trata de recopilar géneros regionales mexicanos. O por ejemplo la residencia que hicimos en el Museo Jumex. Estas ideas hacen más sentido dentro de un contexto museístico”, explicó Jihad.
Foto: Diego Iván Gutierrez
Para NAAFI, el rock, al ser cosa del pasado, no logra reflejar el contexto social que se vive en la actualidad. Cosa contraria a la música electrónica que, al ser un género que sigue en constante crecimiento, puede reflejar las inquietudes de la sociedad.
“La música electrónica, al ser el género más contemporáneo, tiene que hablar directamente al presente y lo que está sucediendo. Otros géneros como el rock, según mi perspectiva, viven en añoranza. La electrónica al ser cosa actual, tiene que hablar de política de una manera inmediata”.
“¿Qué significa ir a una fiesta de música electrónica latina? Que de inmediato nos remontemos a lo que pasó en el Pulse, en Orlando. A nosotros el hecho de ser productores y gente involucrada en la fiesta, nos hace tener posturas respecto a todo ese tipo de temas”, comentó Mexican Jihad.
Pero ¿los asistentes a las fiestas de NAAFI piensan igual?
"La rebeldía no solo existe dentro del rock" – Tomás Davó
“Hay dos tipos de público: los que tienen una afinidad musical y política; y los que solo van a a experimentar la fiesta y a lo mejor nunca regresan. La mayoría de los que se quedan y hacen de NAAFI su comunidad, si se encuentran en el mismo plano que nosotros. Incluso hay muchos que van tanto que se empiezan a involucrar un poco más”, respondió Tomás Davó.
“Al tener estas discusiones políticas dentro del contexto del baile, puedes participar activamente en la conversación o también puedes formar parte de ella de una manera más placentera solamente a través del baile y de tu presencia”, concluyó Mexican Jihad.
Hoy, NAAFI prepara un documental junto a Smirnoff Sound Collective Global. Además, el colectivo ya traspasó las fronteras mexicanas y cuenta con miembros en Argentina (Tayhana) y Chile (IMAABS). También han cruzado el charco al tener giras por Europa, donde han aprendido de una escena club que, a diferencia de la mexicana, tiene una larga tradición.
Por lo pronto, NAAFI seguirá en su intento por revolucionar “la fiesta”. Ya sea en un club, en un museo, una galería o un festival como el Ceremonia. Siempre intentando romper las barreras mentales que impiden a la gente disfrutar de la música.