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Dos escoceses caminando por las calles de la colonia Condesa, uno usando una playera de rayas blancas y negras y otro con un jersey de la Selección Mexicana podrían pasar desapercibidos como un par de turistas más, pero no lo son. Ellos, James Graham y Andrew McFarlane fueron apadrinados nada menos que por Robert Smith y juntos, son los creadores de una triste y oscura banda llamada The Twilight Sad.
Cuando se habla de México, su comida es de los temas principales y esta ocasión, no fue diferente. James y Andrew llegaron a las oficinas de Indie Rocks! justo después de haber comido en uno de las tantos restaurantes de comida mexicana del área. Andrew, comió enchiladas; James, había probado el mole —que calificó de extraordinario— ambos, habían maridado su comida con mezcales. Qué mejor excusa para una gran plática que giró en torno del gran rol que tuvo el líder de The Cure en que la banda continuara haciendo música, los nuevos artistas emergentes y cómo, si tuvieran la oportunidad de cambiar algo, sería el nombre de la banda.
Empecemos por el inicio. Su primer álbum fue lanzado en 2007. La banda había sido formado por James y Andrew, quienes han escrito las letras juntos desde los inicios, y un amigo bajista. No fue sino hasta siete años después y tres álbumes de estudio que, justo antes de darse por vencidos, entró Robert Smith a la ecuación y literalmente, salvó a The Twilight Sad.
“Antes del álbum Nobody wants to be here and nobody wants to leave no veíamos un futuro. Pensamos que no estábamos yendo a algún lado […] y teníamos problemas para ganar dinero. Era muy difícil y aunque no queríamos dejar de hacer música, teníamos que vivir de algún modo”, dijo James en entrevista.
Mientras todo esto pasaba, la banda había trabajado en su cuarto álbum y cuando tuvo un demo presentable, decidió enviarlo a varios especialistas, entre ellos Robert Smith, el vocalista de The Cure.
“En cuanto Robert entró en la producción, comenzamos a ver todo con un poco más de optimismo. En cuanto él cubre los costos de hacer tus canciones y te invita a ser el acto invitado principal en un tour, se te abre el mundo por completo”, explicó James quien dijo que aún ahora, cinco años después, no encuentran la manera de agradecerle al cantante británico lo que hizo por ellos y salvar, literalmente, a la banda.
De este modo, The Twilight Sad, específicamente James y Andrew, siguen tocando canciones que hablan de situaciones reales de la vida, con letras que el mismo James describe como intensas y sobreacogedoras.
“La vida real es lo que más me ha inspirado. Tanto de manera positiva como negativa. Incluso más que el arte o la música”, dijo Andrew; mientras que James considera que lo que hace especial a The Twilight Sad es la honestidad en las letras y la música lo que ha hecho que a lo largo de estos años, se haya creado una comunidad —y no un culto como bromeó Andrew— alrededor de su música.
Pero al preguntarles si después de todos estos años con altibajos, hay algo que cambiarían, no dudaron ni un momento en darle una segunda oportunidad al nombre de la banda, mismo que surgió del poema del escritor británico Wilfred Owen titulado But I was looking at the permanent stars.
“Definitivamente cambiaríamos el nombre de la banda porque es terrible”, dijo James, mientras que Andrew, un tanto decepcionado dijo “es lo que es, pero no es mi favorito”. Pero ambos estuvieron de acuerdo con algo. Esas decisiones del pasado, como el nombre, reflejan un momento en el que pensaron que eso era lo indicado porque es lo que consideraban correcto en el momento.
Y aunque se arrepientan del nombre, nunca se arrepentirán de haber aceptado la oferta de Robert Smith. Incluso ahora, no tienen cómo agradecerle haberle dado la oportunidad de tocar en lugares del mundo que, como ellos dijeron, nunca pensaron haber pisado. Uno de ellos, México. Que por cierto, el Foro Sol, es uno de los estadios más grandes para los que han tocado y todo, gracias a no darse por vencidos hace cerca de cinco años.