Favoritos
Haz click en la banderilla para guardar artículos en tus favoritos, ingresa con tu cuenta de Facebook o Twitter y accede a esta funcionalidad.
“No sabía que los escucharan tanto en Mongolia”, le pregunto a The KVB. “Ni nosotros”, responde el dúo inglés después de soltar una risa pasajera. “¿En dónde se ubica Mongolia?, ¿está en Asia?, ¿es parte de China..?”, me pregunto en silencio, probablemente esté en… esperen, ¿en Mongolia escuchan a The KVB..? En donde alguna vez reinó el Imperio Mongol, uno de los más poderosos en la historia de la humanidad, ahora se escucha la música de Nicholas Wood y Kat Day. El desierto de Gobi se ambienta con un caos musical combinando guitarras a la The Jesus and Mary Chain, los sintetizadores de Ladytron y la voz de London After Midnight, solo que ahogada, muy, muy ahogada. A veces puede ser dulce, pero sigue estando ahogada.
The KVB esparce su música en el sexto álbum, Unity, en donde el sonido bestial y descontrolado de sus primeros trabajos se transforma en una máquina controlada. “Unité”, por ejemplo, es un track calculado, frío, sin urgencia, no hay registro de que esté vivo. Parece un robot bailando en un club inglés a finales de los ochenta. “En 'Unity' invertimos más tiempo en la producción, nuestros primeros álbumes eran crudos, las canciones eran casi demos, hemos mejorado mucho y en este álbum hemos tratado de hacerlas lo más interesante posible mientras seguimos sonando a nosotros”, dice Nicholas Wood a Indie Rocks!
Si algo caracterizaba al dúo era esa fiereza desmedida, ya sea en un bajo muy rítmico, en unos sintetizadores siniestros o en algunos casos, bastante distorsionados. Eso ha desaparecido para dar paso a un trabajo más pulido. El productor Andy Savours (My Bloody Valentine, The Horrors, Black Country, New Road) y el dúo se enfrentaron a un obstáculo en la grabación. “Comenzamos a escribir las canciones a finales de 2019 en España, queríamos continuar con lo que hicimos en el anterior álbum, tomando diferentes estilos de música como electrónica y shoegaze. La idea era hacer cosas interesantes con la batería y las percusiones, expandir nuestro sonido”, nos relata un Wood que se mantiene al margen de la conversación. Kat Day, la encargada de los sintetizadores, agrega: “estábamos grabando con Andy Savours y en febrero de 2020 llegó la pandemia. Se volvió más difícil terminar las grabaciones porque Andy no podía llegar al estudio por los cierres de actividades”.
Les pregunto si la pandemia influyó de alguna manera temática, Kat Day que no tarda en mostrar su desacuerdo con el tema enfatiza que algunas de las canciones fueron escritas antes del surgimiento del Covid y tomaron un nuevo significado después. “Fue bastante extraño cómo sucedió eso, porque no queríamos que fuera un álbum de la pandemia, es muy aburrido para mí cuando dicen, ‘oh, escribí este álbum en la pandemia, así que este es mi álbum de la pandemia. Nosotros queríamos ver que aún en la pandemia había cosas buenas, nosotros nos casamos, porque no queríamos que fuera el año horrible de la pandemia. Queríamos que fuera mejor”.
The KVB tendrá una gira próxima a realizarse en... esperen, ¿¡se casaron en la pandemia!? Acostumbrados a escuchar historias de gente que se esperó a que la pandemia se “terminara” para seguir con la vida, Nicholas Wood y Kat Day optaron por resistir uno de los embates más duros de la pandemia, el anímico.
Hemos estado juntos durante diez años, así que dijimos, ‘vamos a casarnos en seis semanas’, tuvimos un grupo pequeño de invitados, nos casamos antes de que las restricciones volvieran, fue muy bonito”.
Además de casarse, The KVB se mantuvo activa durante la pandemia: publicó un álbum en vivo, Live At The Cigale; editó en vinilo algunos de sus primeras canciones, The Early Tapes; hizo transmisiones en vivo usando programas de videojuegos simulando diferentes ambientes y prepararon los visuales de la próxima gira que visitará Europa, Estados Unidos, Canadá y por supuesto, Mongolia. "Procuramos crear un ambiente inmersivo, con unos visuales tan grandes como sea posible, tratamos de generar una gran energía para que la gente pueda bailar y divertirse”, dice Day. Si han visto a la banda en vivo sabrán a lo que se refiere. El sonido se revoluciona, la máquina es operada por seres humanos que en medio de los beats de los sintetizadores rasgan guitarras y susurran unas voces que difícilmente logran entenderse. Su sonido es el humo que siendo un gas se va apoderando del lugar de forma disoluta.
Queremos sumergir al público en texturas, como en un sueño”.
Afincados en Manchester luego de haber vivido cinco años Berlín, el dúo recientemente dio un par de conciertos y relata la experiencia de volver al escenario tras las restricciones: “La gente tenía que estar sentada, fue muy extraño, porque estamos acostumbrados a ver a la gente bailando y ahí estaban tratando de bailar, fue como muy gracioso. Y ya después cuando se permitió un aforo más amplio, el público se sentía muy ansioso, tenían puesto el cubrebocas, pero al mismo tiempo fue muy liberador, me puse a llorar, porque lo extrañaba tanto, todos estaban muy felices de tener la música en vivo de nuevo, en el futuro no debemos dar por hecho lo que
tenemos”.
The KVB puede ser mitad oscuridad y mitad luz, mitad melancolía y mitad alegría, mitad humano y mitad máquina. Lo más interesante es cuando sale el lado emocional, cuando dejan de sonar tan cerebrales, como en “Lumens”, que con la voz de Day adquiere un matiz brillante. Sigue siendo shoegaze, con un eco de darkwave, pero con una vibra cálida de dream pop . Podría ser el soundtrack perfecto para musicalizar un recorrido por el desierto de Gobi, en donde la ausencia de humanidad o de superficie o de objetos o de cualquier rastro de civilización es cubierta por la emotividad de la canción.
Nick ha estado en otras bandas, es un poco más difícil, porque hay otras opiniones, aquí solo somos dos, igual de comprometidos. Fui muy afortunada de encontrarme esa tarde a Nick en Leeds, en un concierto, él estaba tocando la guitarra…”.
Mongolia se encuentra en Asia, colinda al norte con Rusia y al sur con China. Se encuentra entre los 20 países más grandes del mundo. Un número importante de su población es nómada o seminómada. El desierto de Gobi se cubre el norte de China y el sur de Mongolia.