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“Nadie puede ser Pink Floyd más que Pink Floyd”. El guitarrista estadounidense Jeff Pevar, al igual que millares de melómanos alrededor del mundo, reconoce la influencia que el grupo pionero de la psicodelia ha dejado en la música contemporánea. Es justo por este legado que aquí y allá han brotado un sinfín de tributos y ejercicios de admiración al trabajo de la banda londinense. Pero, hasta el momento, ninguno había disuelto tanto las barreras entre la innovación y el respeto como The Gilmour Project, un supergrupo que rebasa la etiqueta de la banda tributo para crear una experiencia de “ensamble interpretativo que no solo sorprende al público, sino también a los músicos que estamos en el escenario”, comenta Pevar.
Fue el deseo de honrar la obra de Pink Floyd de la era de David Gilmour (1967 en adelante), así como parte del trabajo solista del artista británico, el que unió a cinco músicos con amplia experiencia en el rock progresivo y la psicodelia bajo el nombre de The Gilmour Project: Kasim Sulton (bajista; Utopia, Meat Loaf), Prairie Prince (batería; Jefferson Starship), Mark Karan (guitarra; Bob Weir & RatDog), Scott Guberman (teclado; Phil Lesh & Friends) y, por supuesto, Jeff Pevar (guitarra; Joe Cocker, Ray Charles). El resultado de esta unión, según Pevar, es una colisión de talentos, “cada uno con su historia individual como músico construida a lo largo de los años”, de quienes “el público puede esperar una combinación del sentimiento de escuchar las grabaciones de Pink Floyd que ama, pero también el de escuchar a músicos que llevan su propia interpretación a estas piezas, para darles un toque fresco e inesperado”.
Las raíces de The Gilmour Project se remontan al trabajo del propio Jeff junto al impresario Michael Gaiman, quien ha sido responsable de otras agrupaciones como Jazz Is Dead, dedicada a reinterpretar temas de The Grateful Dead en clave de jazz. La misma dupla se acercó por primera vez a la obra de Pink Floyd con el grupo Blue Floyd, “una primera combinación de músicos, algunos provenientes de Black Rose, otros de The Allman Brothers, etc. Yo también toqué en esa banda durante un rato y vi a muchas personas entrar y salir. Así que puedo decir que The Gilmour Project es una nueva visión de esto, un proyecto que está en pañales pero se va desarrollando conforme hablamos”, agrega Pevar.
No tocamos las canciones de Pink Floyd nota por nota. A veces honramos las composiciones originales con sus formas y sus melodías y, después, en ciertas secciones, empezamos a improvisar, a crear cosas y dejar que la música sea la que nos toque a nosotros en vez de nosotros a la música. The Gilmour Project no es una banda tributo, es más bien un ensamble interpretativo”, añade el guitarrista.
De esta forma, con un setlist que abarca desde clásicos de Floyd como “Have A Cigar”, “Money” y “Any Colour You Like”, así como piezas de Gilmour como “There’s No Way Out Of Here”, The Gilmour Project brinda una nueva faceta de un grupo caracterizado por su creatividad e innovación. Estas cualidades, para Pevar, son propias de una mirada hacia el arte que ya no corresponde con los tiempos actuales: “Cuando Pink Floyd estaba comenzando, lo que realmente admirábamos de ellos era su forma de ser únicos y expresivos. En esa época, se esperaba que la música fuera así, única y expresiva. Mientras la música se fue comercializando más y más, y la gente se fue dando cuenta de que podía hacer mucho dinero con ella, parece que también se fue volviendo más industrializada y se comenzó a mover por terrenos más seguros”.
Extraño la libertad que solía existir con la música en general; soy un gran fan de la simplicidad y soy un músico de la vieja escuela, por así decirlo. No niego que la tecnología pueda usarse bien, pero, a veces, ésta se vuelve más importante que la música en sí misma”, agrega Pevar.
Por ello, The Gilmour Project nos espera el 11 de junio en el Pepsi Center WTC de la Ciudad de México, para revivir el espíritu de la música sincera, la improvisación y el alma del rock progresivo y psicodélico a la vieja usanza: “Nos sentimos muy honrados por tocar esta música en México y en la Ciudad de México. Es un gran honor que México reciba tan bien a los músicos estadounidenses. Tenemos mucho respeto por México, por la herencia mexicana y la influencia de su cultura dentro de la nuestra”. Así, uno de los públicos más apasionados por la música del grupo londinense la revivirá con nuevas formas y pasajes extendidos, en una velada que promete ser inolvidable: “Será una experiencia única, porque The Gilmour Project es un ensamble interpretativo e improvisacional. Habrá cosas que ocurrirán solo por el hecho de estar en esta hermosa ciudad; será un honor estar ahí y estaremos abriendo nuestros corazones para tocar esta música en una tarde tan especial”, concluye Pevar.