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Imaginemos por un momento que estamos pasando por los pasillos de un bazar o una disco durante una tardeada. Llevas pantalones acampanados, quizás una dona en el cabello y tu cazadora bomber, ataviado con la moda del momento. Sí, suena a que estamos remitiendo a los años 90, en donde la gente se la pasaba “de pelos” gastando sus nuevos pesos. Y lo más importante es que la música de fondo es bailable, fresca y sin mayor complicación. Solo un piano, unas melodías agradables, beats creados en una caja de ritmos Casio y voces distorsionadas.
Ahora imaginen esa misma sensación pero sonando en un festival musical contemporáneo, lleno de coronas de flores, pintura corporal, filtros deslavados en redes sociales y diversión bajo normas de consciencia social. Así suena el french house de The Blaze, un dúo de dos primos franceses, Guillaume y Jonathan Alric, que buscan remitir esas viejas glorias de la música electrónica europea a un público con gustos y exigencias más abiertas, pero a la vez más exigentes.
Con motivo de su primer visita a México, bajo el marco del festival Ceremonia 2019, platicamos con ellos acerca de sus shows, sus procesos de composición y las expectativas que tienen de pisar tierras aztecas.
“Estamos muy emocionados de tocar en el Ceremonia 2019, sobre todo porque nunca hemos venido a tocar aquí. Hemos visto mensajes de nuestros fans mexicanos y otros artistas nos han platicado maravillas de cómo son como público, entonces no podemos esperar a tocar aquí”, comentaron. “Claro que no podemos revelar muchas cosas y no sería justo, pero lo que podemos adelantar es que verán un DJ set de The Blaze lo más emotivo y dinámico posible, como siempre lo hacemos”.
El dúo comenzó con este proyecto cuando Jonathan estudiaba cine en Bruselas y le pidió ayuda a Guillaume para trabajar en una banda sonora de un video musical. Con el tiempo, vieron que realizaban una buena mancuerna mezclando y creando sonidos de influencias clásicas del género electrónico y mantuvieron como enfoque el realizar música que involucrara la parte sonora como la visual al mismo tiempo, aludiendo a sus raíces escolares.
“Nuestro show en vivo se trata de poner a la audiencia en un estado en donde puedan sentir emociones de la manera más pura, y así poder viajar a donde quieran. Y ambos creemos que la música nos permite hacerlo. El añadir imágenes también ayuda a dar contexto a este viaje, pero le toca al público decidir si quieren seguir por este camino con nosotros o forjar el suyo”.
En 2017 lanzaron su primer EP, Territory, bajo el sello de Animal 63. Poco después, su unión de visuales descomunales y tonadas pegajosas de los videos de “Virile” y “Territory”, sencillos del mini álbum, los llevó a ganar premios importantes en Berlín y en Cannes. Con “Heaven” cerraron este tríptico de videos y sirvió como una probada de lo que vendría siendo Dancehall, su disco debut.
“Por ser nuestro primer LP, el que saliera bien y que fuera un trabajo coherente y disfrutable era muy importante para nosotros, sobre todo por la música que queríamos que sonara de fondo con las ideas visuales que teníamos”, detallaron. “El proceso de composición fue muy natural. El estudio se convirtió en nuestra burbuja y probábamos nuevas cosas todo el tiempo, reescribíamos canciones, intercambiábamos ideas, etc. Cada día era algo distinto y eso es lo que lo mantiene interesante”.
Su música parece provenir de una época definida, pero The Blaze prefiere no concentrarse en ningún momento más que el ahora. Por ello no refleja mucho en sus recitales pasados o en planes para discos futuros.
“Aunque nos da mucha felicidad haber participado en Lollapalooza o en Coachella, intentamos no enfocarnos en eso y darle toda nuestra atención a The Blaze en este momento, en el aquí y ahora. Todo lo que nos ha pasado y todos los shows en donde hemos tocado no nos ha dado como para pausar y darnos cuenta de lo que sucede. Hay tantas cosas pasando ahorita. ¿Por qué no aprovecharlas?”, concluyeron manteniendo un aura de misterio en sus planes y pensamientos.