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Recuerdos de 10 años de carrera, giras por todo el mundo, cambios de integrantes, mucha gente y mucha nostalgia. Eso es lo que permea Carefree Theatre, el quinto álbum de Surfer Blood y la razón por la que pudimos platicar un rato con John Paul Pitts, líder de la banda.
Estaba esperando en mayo que esto fuera algo temporal. Obviamente la parte más emocionante de lanzar un álbum es salir de gira y tocar las nuevas canciones frente a una audiencia en vivo, lo que es imposible en este momento. Pero llega un punto después de esperar meses, en que solo quieres que la gente escuche. Entonces dejamos de esperar. Hemos estado haciendo algunos livestreams y videos en vivo, aunque definitivamente no es lo mismo que tocar en vivo, no es lo mismo que tener la energía del público”. Y es que, ¿quién no extraña asistir a un concierto?
JP no es una persona muy digital. No tiene redes sociales y prefiere consumir las noticias del periódico o televisión. Sin embargo, es fan de Bandcamp. “Soy relativamente nuevo en Bandcamp, pero creo que es una gran plataforma. Es una comunidad muy apoyadora. Además, es un repositorio interminable para descubrir música y es un gran recurso para que los creadores se mantengan conectados para arreglar conciertos juntos y cosas así. Me recuerda a MySpace. Cuando estabamos empezando, usabamos MySpace para encontrar bandas en diferentes lugares para que tocaran con nosotros. Arreglamos 3 o 4 tours por la costa este así. No sé cómo hubiéramos tocado fuera de nuestro estado sin hacerlo”.
Pensar en los inicios de Surfer Blood es todo un viaje para JP, un viaje de agradecimiento. “Soy propenso a la nostalgia y especialmente ahora que estamos viendo los 10 años pasados y el aniversario de nuestro primer álbum. Todo eso te hace pensar en todos los lugares en los que hemos estado y todas las personas que hemos conocido gracias a la música. Crecí en un pueblo que estaba a 10 horas de la ciudad más cercana, entonces estaba ansioso por salir de ahí y afortunadamente pude hacerlo. Estoy muy agradecido de que pude pasar mis veintes viajando por el mundo, escribiendo canciones y conociendo gente”.
Así, la música evoca recuerdos y de los recuerdos surge más música. “Muchas de las canciones del disco las escribí después del término de una relación. Además, me acababa de enterar de que mi madre tenía cáncer avanzado, entonces regresé a casa. No fue una transición fácil para mi. Hay mucho dolor en este disco, aunque las canciones sean alentadoras. Si pones más atención a las letras, pueden ser un poco deprimentes, pero al menos son honestas”.
Cada canción tiene un guiño a alguna situación o persona que tocó la vida de JP en este tiempo, desde relaciones hasta sucesos como la balacera que inspiró “Parkland (Into the silence)”. “Escribo mis canciones con mis verdaderas relaciones personales, todo lo que escribo es autobiográfico. Cada quien tiene su cantidad de cosas que les molestan o preocupan y creen que no pueden solucionar. Nunca he sido fan de quejarme o de concentrarme en lo negativo. Entonces, siempre trato de mantener el espíritu con un poco de esperanza”.