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Siempre es agradable poder compartir con genios que pueden enriquecer una amena plática con anécdotas. Hace poco tuvimos una entrevista, gracias a su participación en el Corona Capital 2015, para compartir experiencias con Britt Daniel de Spoon, quien nos contó lo mucho que disfruta las visitas a nuestro país, lo difícil que fue crecer en Texas, las adversidades que atraviesa un artista y su opinión sobre el controversial streaming.
“En nuestros inicios, en los años 2000, recibimos buenas críticas pero no vendíamos discos. Fue una llamada de atención porque trabajábamos con Elektra Records y poco después nos echaron. Resultó bien porque a veces necesitas un nuevo comienzo, las relaciones se desgastan y deseas intentar cosas nuevas. Eso nos llevó a algo mejor, a tener la atención y empatía que no habíamos tenido“, aseguró.
“La música debe hacerse porque se quiere, es importante el proceso creativo porque a nadie le gusta lo forzado, a todos nos gusta redescubrirnos. La primera disquera con la que trabajamos fue Matador Records y el acercamiento lo hice yo para dar a conocer nuestra música sin caer en desesperación; eventualmente ellos me llamaron. Poco después nos ofrecieron un show porque les gustaba la música pero sin contrato. Vivimos un momento difícil y trabajé hasta de maestro sustituto, pero sabía que esto es lo que quería hacer y qué bueno que resultó bien", agregó entre risas.
Dicen que los miembros de una banda se vuelven parte de tu familia y al preguntarle a Britt por sus dos bandas, la cosa se puso se puso incómoda: “No es que una me guste más que otra pero los integrantes son diferentes. En Divine Fits está Dan que escribe y canta muy bien y quien además es la persona más carismática que conozco; Sam es espontáneo y Jim, que también es el baterista en Spoon, es preciso en lo que hace. Decidir entre ambas es difícil porque con Spoon los shows son más grandes pero ¿por qué habría de hacerlo? Si alguien pusiera una pistola en mi cabeza y me obligara, probablemente comenzaría una nueva banda o cantaría solo”, respondió.
En los pueblos pequeños, la gente con gustos que no son comunes es marginada y criticada. En el caso de Britt Daniels, su infancia fue desafiante: “Vivir en un pueblo pequeño no influenció mucho pero cuando comencé a tener un gusto evidente por la música no tan ‘popular’, la gente opuso resistencia. Con frecuencia tenía confrontaciones con los demás porque me llamaban ‘marica’ y decían que escuchaba música de ‘nenas’, así que éramos mis pocos amigos rockeros y yo contra todos los demás. Fue divertido y esas experiencias nos unieron mucho", confesó.
En giras, conciertos, lanzamientos de nuevos discos, está casi implícito que las bandas se sometan a largas horas de entrevistas y promoción, un asunto del que Daniels opina: “Hacer prensa no me gusta pero no lo odio, me disgusta cuando tengo resaca o te encuentras a un entrevistador grosero... pero casi nunca ocurre. Disfruto salir de gira, me encanta tocar el bajo y el teclado pero nunca lo he hecho en vivo. Una vez traté de hacerlo pero al acercarme a él, mi mente se puso en blanco y olvidé todo lo que sabía. Ocasionalmente lo toco para hacer composiciones, pero nada más”.
El streaming y sus diferentes plataformas, es un tema con diversas opiniones, al parecer el líder de Spoon es tradicionalista: “A nuestro disco They Want My Soul le fue bien por ser 2015, pues la gente ya no compra música. Odio Spotify y si bien lo uso cuando necesito buscar algo, sigo comprando discos porque sólo así me aseguro de que lo que escucho no se irá a ningún lado", concluyó.